May 19, 2025
$9,000,000, lo que previno un gran desastre durante la gran recesión.
Tecnología

$9,000,000, lo que previno un gran desastre durante la gran recesión.

El 28 de octubre de 1929, el índice Dow Jones sufrió un colapso significativo, cayendo casi un 13%. Este evento se convirtió en uno de los días más trágicos en la historia de Wall Street, dando inicio a lo que se conoció como el “Lunes Negro”, que fue el preludio de la devastadora Gran Depresión de 1930. Las repercusiones de este acontecimiento se sintieron en todo el mundo, causando un impacto económico generalizado que duraría años. Este ciclo económico no fue único, ya que historias similares se repitieron, como la crisis financiera de 2008, que fue otra sacudida monumental en la historia moderna. La crisis de 2008 se caracterizó por un cantico de advertencia que resonaba entre los negocios, especialmente en el sector bancario.

Una cifra asombrosa: $9,000 millones.

Colapso. El origen de esta recesión se encuentra en los Estados Unidos. Durante un período extenso, las instituciones bancarias ofrecieron hipotecas de alto riesgo (préstamos a personas con baja capacidad de pago), empaquetando estas operaciones como productos complejos y mal evaluados por las agencias de calificación (lo que significaba que tenían un riesgo significativamente mayor al que se había declarado). Estos préstamos se conocieron como “Activos tóxicos“, y fueron adquiridos por bancos y fondos de inversión de todo el mundo, que no eran conscientes, o se negaban a aceptar, el verdadero nivel de riesgo involucrado.

Esta situación propició una especulación desmedida en el mercado inmobiliario, así como una burbuja inmobiliaria artificial. Como resultado, varias instituciones financieras cayeron en un abismo, incluyendo a gigantes como los legendarios Hermanos Lehman. Los bancos, al verse atrapados, comenzaron a pedir prestado dinero para operar, lo que repercutió en la economía global y afectó tanto a las empresas como a los consumidores. La liquidez se evaporó, provocando que el mercado de valores sufriera caídas drásticas y obligando a los gobiernos a intervenir con inyecciones masivas de capital para prevenir un colapso total del sistema financiero.

¡Ayuda! En el vórtice de esta crisis se encontraba Morgan Stanley, uno de los bancos de inversión más prominentes a nivel mundial, junto a otros gigantes como Lehman Brothers, Goldman Sachs y Merrill Lynch. Al igual que muchas otras instituciones, Morgan Stanley se encontraba en una situación crítica que requería un rescate inmediato. Las grandes corporaciones solicitaban a la entidad que obtuviera miles de millones para sobrevivir, y la viabilidad de Morgan Stanley era esencial para el sistema financiero.

En un intento por salvar la situación, Morgan Stanley coqueteó con varios bancos, incluyendo uno estatal, antes de que se acercara Mitsubishi UFJ, uno de los bancos más grandes de Japón. Después de intensas negociaciones, lograron acordar una inyección capital significativa.

9,000 millones. Este monto se convertiría en el 21% de participación de Morgan Stanley y con un dividendo anual del 10%. Así, los japoneses se asegurarían una buena parte del sector bancario norteamericano, y Morgan Stanley podría seguir operando. Sin embargo, el tiempo apremiaba; la organización estaba al borde del colapso si no conseguía el financiamiento necesario.

La presión era intensa: si la inyección de capital no llegaba, era inminente que el banco se desmoronara. En cuestión de días, las acciones de Morgan Stanley se desplomaron de $60 a menos de $10.

Transferencias y días festivos. Era el año 2008, y las estrategias utilizadas eran las mismas que hoy en día (lo cual no es precisamente un reflejo del modernismo en el mundo bancario). Las negociaciones se llevaban a cabo de urgencia durante el fin de semana, y cualquier intento de realizar transferencias o movimientos de capital durante ese periodo era complicado, ya que los bancos tienden a estar inactivos los fines de semana y festivos.

Ingenio. Durante una de las negociaciones, un miembro del equipo de Morgan Stanley observó con cierta ironía que sería mucho más fácil si simplemente pudieran expandir un cheque. Aquello provocó risas, seguidas de la consideración de que, en efecto, podría ser una solución viable. Si Mitsubishi era capaz de emitir un cheque de $9,000 millones, nada impidiría a Morgan Stanley depositarlo en su cuenta antes de la apertura de los mercados el martes por la mañana.

De este modo, Morgan Stanley podría anunciar la fusión afirmando que el dinero ya estaba en su cuenta, generando satisfacción entre los inversores y culminando la historia en una narrativa de éxito.

Redondo. Los negociadores japoneses realizaron las llamadas necesarias, y descubrieron que había una oportunidad viable para extender este cheque. Los resultados de esa decisión fueron los siguientes:

Un documento que certificó que Morgan Stanley recibiría una inyección de $9,000 millones, lo que provocó un incremento en el precio de las acciones, que pasó de $9.68 a $17.92 en la apertura del mercado el martes. Este acuerdo resultó beneficioso para ambas partes; actualmente, Morgan Stanley ostenta una capitalización de mercado de 190,000 millones, mientras que la empresa japonesa ha visto su inversión apreciarse a más de 40,000 millones en la actualidad.

Se concretó un acuerdo exitoso que no solo se menciona en la historia por ser el más importante de su tipo, sino que también resalta las limitaciones del sistema bancario tradicional. En un documental realizado por la empresa, reconocen hace unos años que, lo más notable de su historia fue, en cierta forma, haber tenido suerte.

Fotos | Morgan Stanley

En Xataka | “Un agujero que nunca hemos visto antes”: 25% de tarifa