
Distribución del conocimiento agrícola y fomenta la creatividad en las granjas georgianas – La nación
Después de tres años como corresponsal de prensa, Nino Tadi Hedvili decidió cambiar su profesión y dedicarlo a la producción agrícola, una tradición familiar de largo tiempo en la aldea de Gavazi, ubicada en la región de Kakheti (Georgia).
“No lo consideraría un cambio en la profesión, sino una transformación creativa”, dice. “Si te dedicas al periodismo, miras y recopila tu información sobre otras personas para escribir historias al respecto. Aquí comencé a centrarme en mi propia historia, y en lugar de un bolígrafo, tengo los colores de los cultivos, así como sus aromas, sus aromas …”
“Para mí, la agricultura no se limita a cultivos o tierras, sino que representa la libertad, la independencia, un espacio para hacer realidad las ideas”, dice. Los muchos tipos de tomates, berenjenas, pimientos, melones, calabazas y calabacín forman una tela nutritiva y colorida que se extiende a través de sus 6 hectáreas de tierra y revela una historia sobre el niño y su familia.
Esta historia está en gran medida relacionada con la adquisición del conocimiento. Nino insiste en que es esencial conocer la gestión de las plagas, los métodos agrícolas climáticos y la seguridad de los alimentos para su producción.
“Los problemas que han surgido se deben a la ignorancia de estos problemas y, por lo tanto, nos esforzamos por lograr una agricultura basada en el conocimiento”, agrega.
A través del programa de vecindad europeo relacionado con la agricultura y el desarrollo rural (Enpard), financiado por la Unión Europea y Suecia, apoyó a la Organización de las Naciones Unidas para Alimentos y Agricultura (FAO) para obtener esta información y, por lo tanto, superar estos problemas.
Los expertos agrícolas de la FAO crearon un campo de campo para los agricultores en Gavazi, la aldea de Nino, que ella le da la bienvenida a su complot y donde asume el papel del principal agricultor. Los miembros de la comunidad se reúnen aquí para conocer las mejores prácticas para mejorar efectivamente la seguridad de la producción primaria.
“Comencé a trabajar con FAO hace tres años, y desde entonces aplicamos gradualmente formas agrícolas modernas a nuestro país”, dice Nino.
Las verduras de Nino ahora se están cultivando a un ritmo alto, utilizando una cubierta de planta, una sombra -Guze y un sistema de riego por goteo. De esta manera, no solo se garantiza el uso efectivo del agua, sino que también facilita el manejo de las necesidades nutricionales de los cultivos a través del riego con fertilizantes.
“La cubierta vegetal y las altas tarifas fueron muy útiles para proteger los cultivos de malezas y la necesidad de usar herbicidas al mínimo”, dice Nino. “Sin sombras, muchas de nuestras verduras desaparecerían y las frutas arderían con el sol, teniendo en cuenta todo lo que los veranos estaban cada vez más calientes en nuestra región”.
Las prácticas integradas de gestión de plagas aprendidas por los agricultores de la FAO han ayudado a Nino a comprender el uso correcto de los pesticidas.
Por ejemplo, gracias al uso de trampas delta de Feromonas promovidas por FAO, Nino puede realizar un monitoreo integral de plagas, lo que le permite confirmar la presencia de especies específicas en su parcela y, por lo tanto, determinar qué pesticida debe usar.
“Las trampas delta nos ayudan a determinar si es necesario aplicar pesticidas y eso debe usarse para evitar el uso excesivo de estos productos químicos”.
Nino señala que, con todas estas nuevas técnicas, “el rendimiento de nuestro cultivo se ha triplicado, mientras que la seguridad alimentaria y la calidad de las verduras y las frutas han aumentado excepcionalmente”.
El enriquecimiento de los mercados con colores y aromas
En colaboración con los principales minoristas de Georgia, Nino demuestra nuevas especies y variedades de verduras y frutas para analizar cómo los consumidores lo observan, especialmente en Tiflis. “Los minoristas siempre me piden que comparta nuevos tipos de verduras y frutas con ellos para evaluar su demanda, incluso si es solo un kilogramo”, dice Nino.
El aspecto visual no es suficiente para el mercado: lo importante es el sabor.
“Tengo una pimienta dulce de chocolate y chocolate -aroma que les gusta a los niños”.
La aplicación práctica del conocimiento
Las escuelas de campo para los agricultores de la FAO demuestran que el conocimiento compartido es el conocimiento utilizado. Los participantes los ponen en práctica y mantienen sus resultados directos ciertos.
“Al menos el 60 % de los participantes en las escuelas agrícolas también han comenzado a usar verduras y altas tarifas, mientras que se aceptan las prácticas nutricionales equilibradas de las plantas y el manejo integrado de plagas”, explica Nino.
Además de todo esto, Nino sueña con inspirar a sus vecinos a diversificar su producción también. “Además del conocimiento generado por nuestro campo para los agricultores, mi ciudad tiene tanto el capital humano como la tierra necesaria para garantizar una producción agrícola muy complicada, especialmente de verduras dañinas de alta calidad”.
Nino agrega: “Si todos aumentamos la producción de estos productos, nuestra ciudad de Gavazi se convertirá en un centro de referencia, una marca, un lugar donde se generará una mayor variedad de verduras, tal vez incluso en cantidades suficientes para realizar parte de ella”.
A través del programa Enpard, financiado por la Unión Europea y Suecia, FAO formó asistencia técnica y brindó asistencia técnica a más de 2000 agricultores que cultivan verduras y frutas en Georgia.
Los principales agricultores como Nino sirven como ejemplo en sus comunidades locales y demuestran cómo es posible a través del conocimiento aumentar los rendimientos, la calidad y la seguridad, incluso en un contexto caracterizado por las condiciones climáticas cambiantes.
La historia y las fotos relacionadas se pueden encontrar en: https://www.fao.org/newsroom/story/springing-acreacultural-knowledge-and- creativity-across-gorgian-farms/es.