
Deja de importar gas y transforma tu subsuelo en la nueva resiliencia energética – La nación
Mientras que Europa controlaba sus reservas de gas en un 76% a principios de septiembre, una pausa antes del próximo invierno en el otro extremo del mundo chino contó una historia diferente. El gigante asiático, lejos de la mentalidad preventiva, extrae gas a un ritmo sin precedentes. No se trata sólo de llenar los almacenes, sino también de reescribir las reglas de su seguridad energética.
El despertar de un gigante gaseoso. China ya era una potencia en materia energética: almacenadora de petróleo y líder indiscutible en energías renovables. Pero ahora se ha labrado una nueva identidad: ser eje gasista.
En sólo veinte años, Beijing ha logrado lo que pocos creían posible: pasar de una dependencia casi absoluta de las importaciones a un aumento implacable de la producción interna. Según el analista John KempLa producción interna de gas no se ha detenido a un ritmo cercano al 10% anual desde principios de siglo. Las provincias del noroeste – Xinjiang, Shaanxi, Mongolia Interior – te has registrado Un aumento aún mayor es del 13%, mientras que la cuenca de Sichuan, más madura, mantiene un notable 9%.
Tres palancas principales. La primera apuesta fue la más arriesgada: donde llegan pocos. Las principales empresas estatales (Sinopec, CNOOC y Petrochina) han reorientado sus esfuerzos hacia los pozos de hasta 10.000 metros y el desarrollo del complejo gas de esquisto de Sichuan. . No es sólo un problema técnico. Es una estrategia política con un objetivo claro: reducir la dependencia del gas extranjero, aunque esto signifique perforar en formaciones geológicas hostiles y a altos costos.
La segunda palanca fue geográfica. Regiones secundarias del mapa energético chino como Xinjiang o Mongolia Interior se han convertido en el nuevo motor de gas del país. Con el decidido apoyo de Beijing, estas áreas se están concentrando ahora en proyectos de gas convencional y no convencional, respaldados por una red logística que las conecta con los centros de consumo del este.
La tercera pieza fue geopolítica. China y Rusia firmaron un memorando para la construcción del gasoducto Power of Siberia 2, una infraestructura que podría transportar hasta 50.000 millones de metros cúbicos anuales desde Yamal hasta el norte de China. Aunque los precios y los detalles del calendario todavía están sobre la mesa, el mensaje es claro: Beijing está proporcionando suministro a largo plazo, probablemente a precios reducidos y protegiéndose contra la volatilidad del mercado mundial de GNL.
Los números no mienten. Datos oficiales recogido por la agencia Xinhua Reflejan esta ronda. Entre enero y junio de 2025, China produjo 130.800 millones de metros cúbicos de gas natural, un 5,8% más que en el mismo periodo del año pasado. Sólo en junio, la producción alcanzó los 21,2 mil millones de metros cúbicos, con un crecimiento del 4,6% en el año. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) Reconoce este gas Ganando peso en el mix energético de China por su flexibilidad y menores emisiones frente al carbón, incluso cuando advierte que el país debe redoblar esfuerzos para cumplir sus objetivos climáticos.
Las importaciones de gas natural licuado (GNL) están cayendo. Según datos de la consultora KPLER recogidos por BloombergLas compras chinas de GNL caerán un 22% interanual hasta 5,4 millones de toneladas en septiembre. Es el undécimo mes consecutivo de salidas. Reuters anticipado Estas importaciones totales hasta 2025 podrían reducirse entre un 6% y un 11%, compensadas por una mayor demanda interna, el aumento de la producción local y los mayores flujos por gasoducto desde Rusia y Asia Central.
Infraestructura para la independencia. China no sólo está extrayendo más gas; También ha tejido una colosal red submarina que consolida su autonomía. El gigante asiático supera ya los 10.000 kilómetros de tuberías submarinas, una red que conecta plataformas de gas, parques eólicos y refinerías con la red terrestre.
Proyectos emblemáticos como Hohai Bay o Deep Field No. 1 simbolizan esta nueva frontera energética. Estas tuberías transportan gas y materias primas y en el futuro deberán transportar hidrógeno. El objetivo no es sólo técnico; Es estratégico: asegurar el abastecimiento nacional y reducir la exposición a las fluctuaciones internacionales.
Predicciones La AIE prevé este consumo de gas chino Alcance máximo para 2035 antes de estabilizarse con electrificación y energías renovables. A corto plazo, la demanda seguirá moderada: el lento crecimiento industrial y el impulso de la producción nacional podrían mantener unas importaciones mínimas en 2026. Mientras tanto, las inversiones en perforaciones profundas, la red offshore y los gasoductos rusos consolidan a China como un actor natural y fuerte negociador frente a productores tradicionales como EE.UU., Qatar o Australia.
La nueva junta. Europa tiene gasolina para sobrevivir el invierno. China, en cambio, cava más profundamente para no necesitarlo. En sólo dos décadas, el país se ha vuelto dependiente de las cargas de metano para su abundancia. Si los planes se cumplen (más producción nacional, tuberías para 2030 y potencia de las operaciones de Siberia 2 en la próxima década), el mapa global del gas natural podría volcarse definitivamente hacia Asia.
Y el Viejo Continente, aliviado hoy con sus reservas completas, pronto podría descubrir que la próxima crisis energética no se decidirá en Moscú o Doha, sino en las oficinas de Beijing.
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