
Uruguay, cada vez más cerca de legalizar la eutanasia – La nación
Con dos décadas de padecer ELA a sus espaldas, Beatriz Gelós confía en que este miércoles el Senado uruguayo ponga fin a años de vaivenes parlamentarios para convertir en ley un resistido proyecto de ley de eutanasia. El 62% de los uruguayos está a favor de la legalización y sólo el 24% la rechaza, según una encuesta presentada en mayo por la empresa Cifra Consulting.
Denominada “Muerte digna” e impulsada por el Frente Amplio (izquierda gobernante), la iniciativa despenalizó la muerte asistida bajo ciertas condiciones. La Cámara de Diputados le dio media sanción en agosto y en el Senado el FA tiene la mayoría necesaria para convertirlo en ley.
“Me dará una paz impresionante si se aprueba. Es una ley de compasión, muy humana, muy bien redactada”, dijo Gelós a la AFP días antes de la votación.
De ser concedido su deseo, Uruguay se sumará a un pequeño grupo de países que permiten el procedimiento, entre los que se encuentran Canadá, Países Bajos, Nueva Zelanda y España.
En América Latina, Colombia despenalizó la eutanasia en 1997 y Ecuador se unió el año pasado.
Entre los requisitos se encuentran ser mayor de edad, ciudadano o residente y estar mentalmente apto en etapa terminal de una patología incurable o que cause sufrimientos insoportables, con grave deterioro de la calidad de vida.
El paciente también debe pasar por varios pasos previos antes de dejar su testamento por escrito y delante de testigos.
“Ha llegado el momento”
Gelós, de 71 años, vive desde los 52 con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad neurodegenerativa que provoca una parálisis muscular progresiva hasta que el paciente muere.
En silla de ruedas y con la voz entrecortada, confía en que “ha llegado el momento” de poner fin al debate.
Y a quienes se oponen a la eutanasia les dice: “no tenéis idea de lo que es vivir así”.
Amante de la lectura, fiel a su pasado como profesora y abuela de dos niños pequeños, quiere “tener la opción” de decir basta.
En la misma trinchera, la madre y el hermano de Pablo Cánepa intentan alzar la voz. Cánepa -de 39 años- padece una enfermedad rara e incurable.
Casi completamente paralizado y en espasmos usa sedantes. Es claro y pide que se ponga fin a un calvario que comenzó hace cuatro años.
“Pablo lleva años muriendo y la aprobación de los diputados fue un verdadero alivio”, dijo a la AFP su hermano, Eduardo Cánepa.
“Pablo no está vivo. Lo que tiene no es vida”, resumió su madre Mónica.
Para la activista Florencia Salgueiro, del Grupo Empatía, la clave de la normativa es el respeto que le tienen a la voluntad de un adulto de poner fin a su calvario.
Florencia fue testigo de la lucha de su padre por recibir asistencia para poner fin a su vida cuando la ELA hacía sus días insoportables.
Pablo Salgueiro murió a los 57 años sin cumplir su deseo.
¿Un proyecto con garantías?
Los defensores del proyecto coinciden en que su redacción ofrece garantías y representa la historia de un país acostumbrado a aprobar leyes liberales como la regulación del mercado de la marihuana, el matrimonio igualitario y el aborto.
El 62% de los uruguayos está a favor de legalizar la eutanasia y sólo el 24% la rechaza, según una encuesta presentada en mayo por la consultora Cifra.
La Asociación Médica respetó las diversas opiniones de sus miembros y no anunció una posición sobre el tema.
Sin embargo, aconsejaron durante todo el proceso “tener las máximas garantías para los pacientes y los médicos”, dijo a la AFP el presidente de la entidad, Álvaro Niggemeyer.
La Iglesia católica mostró “tristeza” por el voto afirmativo en Diputados y la resistencia al proyecto trascendió los ámbitos religiosos. Más de una docena de organizaciones y decenas de personas han rechazado la redacción del proyecto por considerarla “defectuosa y peligrosa”.
“Las personas más vulnerables quedan muy desprotegidas”, dijo a la AFP Marcela Pérez Pascual, una de las firmantes de la carta.
Para el Colegio Médico, si se aprueba el organismo regulador, será fundamental brindar mayor certeza.