Construir resiliencia hoy para tener seguridad alimentaria en Centroamérica mañana – La nación

San José, 18 oct (elmundo.cr) – El mundo depende de un sistema alimentario global que siempre enfrenta desafíos complejos. La pandemia, las crisis climáticas, las disrupciones logísticas, entre otras, han demostrado que la producción de alimentos no es suficiente: se necesita un sistema resiliente que sea capaz de anticipar, resistir y adaptarse al cambio.

En 2030, el mundo tendrá 500 millones de habitantes más. Para alimentar a esta creciente población mundial, la producción de alimentos deberá aumentar en un 70% para 2050, o entre 45 y 50 millones de toneladas métricas adicionales de productos agrícolas por año; y esto debe hacerse con menos tierra y agua en un mundo cada vez más afectado por el cambio climático.

Considerando estas premisas, fortalecer la resiliencia alimentaria es el llamado urgente y necesario que alimentará el futuro. Es por eso que Cargill trabaja con socios en toda la cadena de valor para hacer de la agricultura parte de la solución, conectando a las personas que cultivan alimentos con herramientas, capacitación y apoyo financiero para fortalecer sus operaciones, la salud del suelo y la productividad.

“Durante 160 años, eso es lo que hemos hecho: fortalecer los vínculos entre los agricultores, los trabajadores de primera línea y los clientes a los que servimos. Hoy, estamos orgullosos de cómo nuestros esfuerzos colectivos se unen para alimentar al mundo de forma segura, responsable y sostenible”, dijo Verónica Castro, vicepresidenta y directora ejecutiva en Centroamérica de Cargill Food Latin America.

Para Castro, cuando se invierte en la resiliencia del sistema alimentario, se invierte en el bienestar de las personas y la estabilidad del medio ambiente, ya que se asegura el suministro local y se generan comunidades rurales más fuertes, como está sucediendo a través de sus programas Crecer el Futuro, Prosperidad con Nuestros Clientes y Resiliencia de los Medios de Vida, fortaleciendo las microempresas y promoviendo la seguridad alimentaria empresarial.

“En nuestra región, buena parte de los alimentos que llegan a los hogares provienen de pequeños agricultores. Al poner en sus manos tecnologías innovadoras, les ayudamos -y al sistema alimentario en general- a desarrollar resiliencia, ahora y en lo que venga. El progreso de un país se construye a partir de la prosperidad de quienes producen sus alimentos”, enfatizó Castro.
Diversificar lo que se cultiva y se consume.

En el mundo, alrededor del 75% de los alimentos provienen de sólo 12 cultivos y 5 especies animales, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). En Centroamérica, esta concentración también limita la capacidad de responder a enfermedades, plagas o crisis de precios, por lo que promover la diversificación de cultivos, fuentes proteicas y sistemas de producción se vuelve esencial para fortalecer la seguridad alimentaria.

En respuesta a este desafío, Cargill promueve el acceso a alimentos nutritivos de alta calidad a través de una estrategia enfocada en diversificar el portafolio proteico. En este sentido, la empresa ha integrado huevos frescos en el mercado regional a través de sus marcas Tip-Top en Nicaragua, Norteño en Honduras y Pipasa y Kimby en Costa Rica. Este esfuerzo contribuye a la unificación de su negocio de alimentos en América Latina para entregar mayor valor a nuestros clientes y consumidores, y hoy ofrece un portafolio más amplio que incluye proteínas, aceites, harinas, cacao, edulcorantes, almidones y productos a base de tomate.

Conexiones que se mueven

Hoy en día, una cuarta parte de todos los alimentos del mundo cruza fronteras, lo que hace que las personas que impulsan las cadenas de suministro agrícola sean esenciales para lograr un mundo con seguridad alimentaria. El fortalecimiento de las cadenas de suministro garantiza que los alimentos lleguen a quienes los necesitan. En Cargill, los aproximadamente 10,000 empleados en oficinas, fincas, plantas de producción, centros de distribución y puntos de venta en Centroamérica son el corazón de estas conexiones y parte de la solución para un sistema alimentario en constante dinámica.

“La seguridad alimentaria futura depende de las decisiones que tomemos hoy. A pesar de los desafíos que enfrenta el sistema alimentario, debemos fortalecer las conexiones que alimentan al mundo, al mismo tiempo que impulsamos el crecimiento de nuestros clientes y comunidades”, afirmó el CEO.

La comida que comes tiene una historia que contar. Porque antes de que des el primer bocado, una red global de personas trabajadoras (que abarcan países, culturas y habilidades) han hecho su parte para cultivar, producir y transportar tus alimentos desde donde se plantaron hasta el tenedor en tu mano.

En el Día Mundial de la Alimentación, Cargill agradece la oportunidad de reflexionar sobre la importancia de fortalecer los sistemas alimentarios globales para que nadie quede excluido del acceso y que los recursos del planeta se preserven para las generaciones futuras.