October 26, 2025
es que te “hackean” el cerebro para que comas aún más

 – La nación
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es que te “hackean” el cerebro para que comas aún más – La nación

Comer alimentos altamente procesados ​​es una opción ideal para muchos cuando no tienen tiempo para cocinar o simplemente porque no les gusta hacerlo. El problema es esta ciencia. Recientemente emitió una advertencia Esto apunta al riesgo que existe entre comer alimentos altamente procesados ​​y cambios estructurales en el cerebro que nos hagan comer aún más. Como si se tratara de un auténtico “círculo vicioso” del que es muy difícil salir.

El estudio. Usando datos de escáneres cerebrales El equipo de científicos observó en casi 30.000 participantes de mediana edad la relación entre el consumo de alimentos altamente procesados ​​y marcadores de obesidad, inflamación o metabolismo. Pero lo que más nos interesa en este caso son los cambios en la estructura cerebral.

Para ello utilizaron los datos de Biobanco británicolo que significa que la ingesta media de alimentos altamente procesados ​​entre las personas estudiadas representó el 46% de la energía utilizada en un día entero. Lo que también fue interesante fue que las exploraciones midieron el espesor cortical, la integridad de la materia blanca y la microestructura de áreas profundas relacionadas con la ingesta de alimentos.

Cambios en el cerebro. El alto consumo de alimentos altamente procesados ​​se asoció con cambios en regiones del cerebro que desempeñan funciones importantes en el control del apetito y los efectos de recompensa, particularmente en el núcleo accumbens, el hipotálamo, el putamen y la amígdala.

El hecho de que esté cambiando núcleo accumbens Esto se relaciona con la reducción del tamaño de las neuronas y un aumento del espacio extracelular, consistente con los procesos asociados con la sobrealimentación y la adicción a la comida. Además, el estudio encontró que algunos de estos cambios fueron causados ​​por inflamación sistémica y trastornos metabólicos.

Un bucle adictivo. Aunque parte del efecto está asociado con una mayor adiposidad e inflamación, el análisis apunta a mecanismos directos en áreas del cerebro que regulan la conducta alimentaria compulsiva. En particular, los cambios cerebrales asociados con el consumo de alimentos altamente procesados ​​podrían aumentar los patrones de búsqueda y consumo excesivo de los mismos productos, creando un ciclo que lleva a comer lo mismo una y otra vez.

Esto encaja bastante bien con las teorías clínicas sobre la naturaleza adictiva de algunos procesos y su capacidad para “secuestrar” circuitos cerebrales y recompensas. Estos circuitos crean el placer que nos abre la puerta a volvernos adictos al “estímulo” que presiona el botón de placer que tenemos en nuestro cerebro.

Hay excepciones. Obviamente, no todos los alimentos altamente procesados ​​son iguales. Las investigaciones hacen una clara distinción entre los alimentos procesados. Hay algunos que son claramente positivos, como las verduras congeladas, pero otros son negativos, como los que son industrialmente adictivos y contienen compuestos químicamente modificados.

En particular, se ha descubierto que los efectos nocivos están fuertemente relacionados con aditivos como emulsionantes, edulcorantes artificiales y otros compuestos que promueven la inflamación intestinal que tanto odiamos y que tienen un efecto directo en el cerebro. Y ya sabemos que el ataque a nuestra microbiota intestinal tiene consecuencias cada vez más graves.

Salud Pública. Las conclusiones del estudio refuerzan el creciente consenso en la literatura científica sobre los efectos sobre la salud de los alimentos altamente procesados. Las evidencias reunidas apuntan a la importancia de reducir el consumo e introducir regulaciones más estrictas en materia de composición y también de publicidad.

Los autores del estudio señalan la necesidad de reducir el consumo de alimentos altamente procesados ​​y fortalecer los estándares dentro de la industria para mejorar la salud de todos los ciudadanos. Esto también da lugar a que tengan menos contacto con el médico y puede conducir a una liberalización de los servicios.

Reprogramar cerebros. Ante la cuestión de si el “ultraprocesamiento” reprograma nuestro cerebro, todavía queda un largo camino por recorrer en el análisis de las diversas vías de señalización que existen. Pero estamos claramente al borde de un primer paso hacia la comprensión de la adicción a la comida.

Imágenes | Kobby Méndez Shelly Evans

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