La hambruna se instala en dos regiones de Sudán y amenaza a 20 más, según Global Monitor – La nación
La Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria (CIP), máxima autoridad internacional sobre crisis de hambre, ha confirmado que la hambruna se ha extendido a dos nuevas zonas de Sudán: Al-Fashir (capital de Darfur del Norte) y Kadugli (Kordofán del Sur), asoladas por meses de guerra que ha impedido el comercio de alimentos.
Por primera vez, el IPC, un monitor global respaldado por el Naciones UnidasPromulgó la hambruna en estas áreas de Sudán que experimentan la Etapa 5 de la escala de seguridad alimentaria.
De acuerdo a el último informe del Comité de Revisión de la Hambruna (FRC) —perteneciente al IPC—, las zonas de Al-Fashir y Kadugli sufrieron “un colapso total de sus medios de vida, hambrunas, niveles altísimos de desnutrición y muerte”.
Los residentes de Al-Fashir soportaron un asedio de 18 meses antes de que los paramilitares de las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) tomaran el control de la ciudad el 26 de octubre de 2025. Los combates cortaron el suministro de alimentos, lo que obligó a la población a comer hojas, cáscaras y, a veces, pieles de animales.
Datos de consumo de alimentos en Al-Fashir citado por el IPC mostró que el 83% de los hogares urbanos tenían un puntaje de consumo de alimentos (FCS) bajo, mientras que el 26% reportó hambre muy severa.
Sylvain Pennicaud, coordinador de proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en Sudán, describió a Reuters que los niños que huyeron de Al-Fashir llegan “desnutridos” y los adultos “demacrados” a los campos de refugiados.
La región en la que se encuentra Kadugli, el otro lugar donde se encuentra hambrunase ha convertido en un foco cada vez más activo de la guerra, dada su posición entre Darfur, dominado por las RSF, y el resto del país, donde gobiernan los militares.
La guerra que comenzó hace dos años y medio entre las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) y el ejército sudanés ha extendido el hambre y la desnutrición por amplias zonas del país, además de desplazar a millones de personas y provocar oleadas de desnutrición. violencia con connotaciones étnicas en Darfur.
El IPC advierte que la hambruna amenaza otras 20 zonas del Sudán occidental y central.
La institución aseguró que en la sitiada Dilling la situación puede ser similar a la de Kadugli, pero la escasez de datos debido al curso del conflicto armado impide confirmar la dimensión del hambre y declarar oficialmente la emergencia.
El organismo también expresó “un alto grado de preocupación” por lo que está sucediendo en Tawila, Melit y At Tawisha, y en otros lugares alrededor de Al-Fashir que acogen la diáspora de personas desplazadas de la zona cero.
“El hambre y el riesgo de morir de hambre son prioridades urgentes, pero son sólo los síntomas más graves de una crisis mucho más amplia y profunda que afecta a millones de personas en todo Sudán”, escribió el IPC en su informe.
La vida al borde del hambre
Más de 21,2 millones de personas (casi la mitad de la población sudanesa) padecen inseguridad alimentaria aguda grave (fase 3 o superior), de las cuales 6,3 millones viven en la Etapa 4 (necesidad extrema), el paso previo a la hambruna, según el IPC.
A pesar de esto, la puntuación general del IPC refleja que la inseguridad alimentaria aguda en Sudán disminuyó un 6%, debido a la estabilización gradual y la mejora del acceso en el centro del país, donde el ejército sudanés tomó el control a principios de año.
La situación empeoró en las regiones de Darfur y Kordofán, donde se concentraron los combates, según el análisis, basado en múltiples conjuntos de datos que muestran niveles catastróficos de inseguridad alimentaria, desnutrición aguda y la erosión de las estrategias de supervivencia de las personas.
La guerra continúa
Las fuerzas paramilitares tomaron el control de Al-Fashir, pero los combates no cesaron, afirmó. Imágenes de satélite revelan tomado la semana después de que se instaló el nuevo pedido.
El lunes, siete personas murieron, entre ellas menores, en un ataque de las FAR contra un hospital infantil en Kornoi, en el estado de Darfur del Norte.
La organización civil Sudan Doctors Network, que reveló el hecho a través de XInsistió en que “el ataque a un hospital de atención infantil no es más que una manifestación más de terror sistemático y un ataque brutal a la vida misma”, del que culpó al grupo armado ilegal.
La fiscalía de la Corte Penal Internacional expresó este lunes su “profunda alarma” y su “sincera preocupación” por los asesinatos en masa, violaciones y otros crímenes descritos por supervivientes del avance mortífero de las FAR.
“Si se confirman, estos actos podrían constituir crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad según el Estatuto de Roma”, dijo la entidad de La Haya en un comunicado.
Farhan Haq, portavoz de la Secretaría General de la ONU, indicó el lunes que Al Fashir “permanece bloqueado y la población no puede salir”. En ese contexto, denunció que “la entrega de asistencia esencial sigue siendo interrumpida por las FAR, en contra de su obligación”.
Testigos del horror
Los supervivientes de Al-Fashir huyen del epicentro del conflicto con testimonios de las atrocidades cometidas por las FAR. “En una semana ejecutaron a tantos civiles que el país de Al Fashir cambió. Se puede ver la sangre desde el espacio. Esto es un acto de genocidio”, denunció la portavoz de la ONG estadounidense Avaaz, Shayna Lewis, al inicio de una rueda de prensa virtual de esa organización.
Lewis denunció que las milicias atacan a comunidades enteras por motivos étnicos y que los testimonios recabados apuntan a una campaña sistemática de asesinatos, violaciones, secuestros y saqueos.
“Las familias descubren la muerte de sus seres queridos a través de vídeos que circulan en las redes sociales en medio del bloqueo informativo impuesto por las FAR”, advirtió, antes de subrayar que “Sudán no es una guerra olvidada, es una guerra que el mundo elige ignorar”.
Con Reuters y AP