Poner fin al subsidio alimentario SNAP en EE.UU. penalizará a millones de niños – La nación
Por Cristóbal Vásquez
En Estados Unidos, 48 millones de personas viven con inseguridad alimentaria, incluidos casi 14 millones de niños. Esto representa el 13,5% de los hogares del país.
RFI visitó una de esas casas en Aurora, Illinois. Nelly vive allí con sus cuatro hijos. Debido al cierre del gobierno federal (shutdown), esta madre mexicana dejó de recibir el subsidio alimentario conocido como SNAP, Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria, que el gobierno ofrece a los más pobres.
“A mis hijos les digo que se pongan un suéter, porque todavía pueden pasar el frío en nuestra casa. Tenemos que apagar la calefacción, sólo la subimos por la noche. Como padre, empiezas a pensar: ‘¿Qué más puedo hacer para ahorrar un poco más, y así poder gastar un poco más en comida, que en este caso es la prioridad? Vivimos en una situación muy difícil’.
Según el Departamento de Agricultura, 42 millones de personas en Estados Unidos dependen del programa SNAP para comprar alimentos cada mes. Es la entidad encargada de pagar los 100.000 millones de dólares anuales en subsidios a los estadounidenses, lo que representa el 1,5% del presupuesto federal.
“No tener alimentos no sólo provoca desnutrición física, sino también la salud mental. Puede afectar la salud mental, que actualmente es una situación complicada”.
Después de superar el cierre del gobierno, se aprobaron fondos para financiar el programa hasta 2026. Sin embargo, el proyecto de ley de presupuesto de Trump, conocido como Big Beautiful Bill, recortaría casi $200 mil millones de SNAP durante los próximos diez años, como lo destacó la Oficina de Presupuesto del Congreso. Como resultado, casi 4 millones de personas perderán algunos o todos los beneficios alimentarios que reciben hoy.
“Es una situación catastrófica”
Es “catastrófico”, afirmó Mariana Joyal, directora de alianzas de la organización No Kid’s Hungry. “Vamos a ver un aumento dramático del hambre y la devastación económica en las comunidades locales de todo el país: cierres de tiendas, pérdida de empleos, menos entregas de productos frescos”.
Además, las personas que no tengan ningún tipo de discapacidad y que no sean dependientes deberán trabajar al menos 80 horas mensuales para recibir los beneficios. Los refugiados e inmigrantes con visas humanitarias, añade, no podrán postular al programa como antes.
“No se puede jugar a la política alimentando a millones de estadounidenses y especialmente a los casi 16 millones de niños que dependen de este programa para garantizar que tengan la oportunidad de crecer sanos y prósperos. Ellos son el futuro de este país”.
El precio de los huevos en Estados Unidos aumentó alrededor de un 25% en 2025, el de la carne un 11,6% y los precios generales de los alimentos aumentaron un 3,0% en comparación con septiembre del año anterior. La inflación, el desempleo, los impuestos más altos y los recortes en los beneficios alimentarios están haciendo que la vida sea insostenible para muchas personas en Estados Unidos.