
La gente no siente aversión hacia estos éxitos en la medida que deberían.
BUENOS AIRES, APR (Elmundo.CR) – El presidente de Argentina, Javier Milei, ha desatado una serie de ataques contra periodistas que critican su programa económico, lo que ha generado controversia y preocupación en el ámbito de la libertad de prensa. Milei ha dejado claro su desprecio por aquellos que se atreven a cuestionar sus políticas económicas, refiriéndose a estos profesionales de los medios como “sicarios” cuyo objetivo es desacreditar su gestión. En un comentario provocador, expresó que “la gente no odia a este sicario con periodistas de fe”, sugiriendo que, si el público conociera mejor a estos periodistas, seguramente los despreciaría más que a los propios políticos. Esto resalta un clima de animosidad entre el gobierno y la prensa que puede obstaculizar la función crítica que los medios desempeñan en una democracia.
En una de sus recientes intervenciones, Milei comentó sobre su percepción del periodismo contemporáneo, afirmando que “creía que una gran parte del periodismo alcanzó su máxima expresión como una basura mentirosa” en particular respecto a la cobertura de la reducción de la pobreza. Este tipo de declaraciones no solo revelan su desdén hacia la prensa, sino que también indican su intención de controlar el mensaje que llega al público, un recurso a menudo utilizado por líderes autoritarios para moldear la narrativa en torno a su administración.
Milei, en su estilo característico, también arremetió contra aquellos que han cuestionado sus políticas. Dijo: “Superaron que amenazé el campo y fui a la mierda, diciendo que un tweet que celebró la internalización del principio de informes de mezclador es comparable a la política de Guillermo Moreno que colocó un arma en la mesa para controlar los precios”. Esta declaración revela su enfoque combativo y su disposición a confrontar a quienes consideran una amenaza a su proyecto político.
Este no es un incidente aislado; de hecho, esta es la segunda vez en poco tiempo que el presidente lleva a cabo un ataque directo a la prensa. Durante el cierre de la semana pasada, Milei sostuvo una entrevista en la que no dejó títere con cabeza, centrándose de manera especial en Joaquín Morales Solá, un columnista del respetado periódico La Nación. Este tipo de ataques sistemáticos han llevado a muchos a cuestionar no solo la relación entre el gobierno y los medios de comunicación, sino también la salud democrática del país en un momento en que el debate y la crítica son más necesarios que nunca.
La libertad de prensa es un pilar fundamental en cualquier democracia funcional, y los constantes ataques de Milei contra los periodistas que cuestionan su gestión no solo son cause de alarma, sino que también ponen de manifiesto un clima de censura y represión que puede tener repercusiones graves para la sociedad argentina en su conjunto. En lugar de fomentar un diálogo abierto y constructivo, las acciones del presidente parecen estar orientadas a silenciar voces disidentes y controlar la narrativa sobre su gobierno.