
Un tocino esculpido en piedra.



Comer es más que un simple acto; es una forma de arte y un viaje a través de la historia. Platos icónicos, como las torrijas, la lasaña, y el sushi, llevan consigo siglos —y milenios— de historia que nos narran un legado cultural, una amalgama de tradiciones o incluso un reflejo de acontecimientos históricos, como la evasión durante pandemias. Aunque hoy disfrutamos de la gastronomía en un nivel de lujo, no todos los platos han sido distinguidos como verdaderos tesoros nacionales, un privilegio reservado para unos pocos.
Entre esos honores, la carne de cerdo preparada al estilo Dongpo destaca. Este platillo no solo es un ícono de la cocina china, sino que también es uno de los tres tesoros que atraen anualmente a miles de visitantes al prestigioso Museo Nacional del Palacio de Taipei, en Taiwán.
Tu Dongpo. Hoy en día, el cerdo Dongpo es considerado un plato tradicional en China. Su origen se remonta a la provincia de Hangzhou durante la dinastía Song (entre 960 y 1279), donde se creó como solución a un inusual excedente de tocino. Según la leyenda, el responsable de su invención fue Tu Dongpo, un poeta, calígrafo, músico, historiador y político, que, tras ser desterrado a Huangzhou por desavenencias políticas, encontró una nueva vida como gobernador.
En esta nueva etapa, Tu Dongpo tomó la iniciativa de mejorar un lago y poner fin a varias inundaciones en la región. Durante ese tiempo, se enfrentó a un abundante suministro de tocino de cerdo. Aprovechando su destreza culinaria, decidió cocinar el tocino lentamente con vino Shaoxing y salsa de soja, ofreciendo así un platillo delicioso a sus vecinos y utilizando el excedente de un modo ingenioso.
Sin embargo, esta es solo una de las versiones de su historia. Otra variante, que involucra un juego de mesa, cuenta que él se distrajo y olvidó el cerdo en el fuego. Al darse cuenta de su error, se encontró con que la carne, cocinada durante tanto tiempo, había adquirido una delicadeza extraordinaria.
Cerdo. Así fue como la corte imperial decidió darle este nombre, en honor a los Polimatas. Este platillo ha perdurado como un emblema culinario del país durante casi mil años, y la selección de la pieza y el método de cocción son fundamentales. El primer aspecto a considerar es que el tocino debe medir aproximadamente cinco centímetros de lado, y contar con capas alternas de carne magra y grasa para evitar que resulte excesivamente pesado o grasoso.
Este delicado equilibrio se logra a través de una cocción lenta acompañada de una mezcla de vino fermentado y salsa de soja. El resultado es un platillo suave, jugoso y con un aroma característico que simboliza la gastronomía de Hangzhou.
Dinastía Qing. A medida que los siglos avanzaban, la Dinastía Qing, que gobernó entre 1644 y 1912, no solo fue la última dinastía imperial de China, sino que también catapultó al país a la escena internacional, transformándolo en uno de los imperios más grandes y ricos del siglo XVIII. Este periodo de prosperidad estuvo marcado por un clímax en las artes, caracterizado por la fusión de innovación y tradición.
La dinastía no solo actuó como mecenas en numerosas áreas artísticas, sino que también fue responsable de la escultura de muchos de los favoritos de sus emperadores. Durante este período de esplendor, se creó una obra que se ha convertido en uno de los más peculiares homenajes a la cultura china: la escultura en forma de cerdo Dongpo.
Piedra empujada por la carne. Al tener como material principal el jaspe velado, el artesano creó una pieza casi perfecta, con dimensiones de 5.73 x 6.6 x 5.3 centímetros.
No solo se dedicó a colorear la piedra para imitar a la perfección la apariencia de la grasa y la carne del cerdo, sino que también logró incorporar pequeños agujeros que simulan los poros naturales de la carne. Cada capa está representada con precisión: desde la piel crujiente, pasando por los diferentes niveles internos, hasta la base, con una paleta de colores que recuerda a la carne marinada en salsa de soja.
Uno de los tres tesoros. Al observar las imágenes que acompañan este artículo, es evidente la maestría técnica de este artista. La piedra en forma de carne ha sido catalogada como la obra maestra más famosa del Museo Nacional del Palacio de Taipei. Su renombre ha trascendido fronteras, atrayendo multitudes, y junto a otros dos tesoros: el Jade col y el Mao Gong Ding, constituye una parte significativa de la colección en las galerías del museo de Taiwán, a pesar de las tensiones geopolíticas persistentes con China.
Este es un ejemplo perfecto de cómo la historia, el arte, la tradición y la gastronomía se entrelazan, recordándonos que la creatividad de los artesanos de la dinastía Qing inspiró la creación de esculturas que honraban un platillo excepcional.
Desafortunadamente, al igual que muchas obras de arte épicas, no se tiene registro del nombre del artesano que dio vida a esta maravilla.
Fotos | ChaquetaPresente Museo del Palacio NacionalPresente Sjschen
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