November 26, 2025
China no quiere renunciar a ser la fábrica del mundo. Su plan prevé el despliegue de una legión de robots industriales con IA

 – La nación
Tecnología

China no quiere renunciar a ser la fábrica del mundo. Su plan prevé el despliegue de una legión de robots industriales con IA – La nación

Durante años, mirar la etiqueta de un dispositivo, prenda de vestir o cargador es casi una formalidad. La respuesta solía ser la misma: “Hecho en china“. Esta frase se convirtió en una prueba silenciosa de que el gigante asiático había logrado establecerse como la fábrica del mundo. Desde los teléfonos móviles de marca estadounidense hasta los pequeños componentes de los dispositivos europeos, gran parte de lo que utilizamos cada día proviene de las líneas de producción chinas. Pero esta realidad está empezando a cambiar. El liderazgo industrial de China ya no se basa únicamente en una mano de obra abundante y en costes bajos, y el modelo que ha dominado las últimas décadas necesita ser transformado.

El cambio no es sólo económico, sino también social. Cada vez menos jóvenes chinos quieren trabajar en fábricasun fenómeno que sigue patrones similares en Estados Unidos: trabajo físico, largas jornadas laborales y pocas perspectivas profesionales. En ambos casos, para muchas personas la industria ya no es sinónimo de progreso, sino que se percibe como un destino del que se intenta escapar. Aún así, tanto China como Estados Unidos creen que la manufactura sigue siendo estratégicamente importante, ya sea para mantener la influencia global o para reducir la dependencia extranjera. Todo indica que ninguno de ellos intenta restaurar el modelo del pasado, sino construir uno nuevo basado en la automatización y la inteligencia artificial.

Los robots y las fábricas deberían evitar que se pierda el “Made in China”

Como dijo el viceministro chino de Industria, Zhang Yunming dijo eso La introducción de la inteligencia artificial es una tarea necesaria, no opcional, no estaba hablando sólo en términos tecnológicos. Se refería a proteger uno de los grandes activos del país: su industria manufacturera, la Representa alrededor del 25% de la economía nacional., significativamente por encima del promedio mundial. China sigue siendo el mayor productor del mundo, pero ya no puede depender únicamente de la cantidad o la mano de obra. El desafío ahora es mantener esta posición de liderazgo produciendo con menos personal y más inteligencia artificial.

China está reaccionando decisivamente en este contexto. El ritmo de implementación de robots industriales es incomparable. Sólo el año pasado, se instalaron 295.000 unidades, casi nueve veces más que en Estados Unidos y más que el resto del mundo combinado. según la Federación Internacional de Robótica. En algunas plantas ya se habla de “fábricas oscuras”, es decir, procesos tan automatizados que las plantas pueden funcionar con una mínima intervención humana. El Wall Street Journal menciona el caso Baosteeluna de las acerías más grandes del país, donde los trabajadores sólo intervienen cada media hora, antes cada tres minutos.

La automatización ya no son sólo brazos mecánicos que repiten movimientos, sino sistemas conectados capaces de tomar decisiones. El citado diario señala cómo Midea utiliza un sistema de IA que coordina robots, sensores y agentes virtuales para detectar errores, asignar tareas y Personaliza procesos sin intervención humana. En la industria textil, Bosideng utiliza modelos de IA desarrollados con la Universidad de Zhejiang para conceptualizar y diseñar prendas, acortar los tiempos de desarrollo y reducir costos. Estas soluciones no sólo aceleran la producción, sino que también proporcionan una ventaja competitiva sobre los fabricantes occidentales, que tardan más en implementar los cambios.

La ambición industrial de China también es claramente evidente en sus puertos. En Tianjín, Una flota de camiones autónomos mueve contenedores sin presencia humana visiblemientras que la inteligencia artificial optimiza variables como los tiempos de llegada de los barcos y la capacidad de las grúas. El sistema, llamado OptVerse AI Solver, comprime en unos diez minutos las tareas de planificación que antes tomaban 24 horas. También se utiliza PortGPT, un sistema desarrollado junto a Huawei para análisis de imágenes y seguimiento de procesos de seguridad.

El discurso estadounidense se basa en la idea de soberanía: producir más dentro del país para ser menos dependiente del exterior. La administración Trump ha propuesto esta estrategia apuntando a los aranceles a China, Vietnam y otras economías asiáticas. Reforzar las fábricas y reconstruir las cadenas de suministro. Secretario de Comercio Howard Lutnick cree que la automatización no es incompatible con el empleopero esto puede crear empleos técnicos mejor remunerados. En una entrevista afirmó que “es hora de formar personas para los empleos del futuro, no para los del pasado”, y defendió que estas fábricas podrían sustentar a familias de varias generaciones.

Una de las diferencias entre ambos modelos se puede ver claramente en las conexiones. Si bien China ha implementado camiones autónomos, sistemas de programación basados ​​en inteligencia artificial y herramientas como PortGPT sin una oposición sindical significativa, la automatización en Estados Unidos está sujeta a negociación colectiva. La Asociación Internacional de Estibadores y los operadores portuarios Acordaron un veto nuevos terminales automatizados para finales de 2030, que también limitarán el uso de inteligencia artificial en tareas administrativas. Para los sindicatos, la automatización significa pérdida de empleos y de poder de negociación. Para China, es una estrategia nacional.

China quiere seguir siendo la fábrica del mundo, pero no exactamente lo mismo. Ya no se trata de mano de obra barata, sino de fábricas que puedan producir más con menos gente y más inteligencia artificial. Estados Unidos busca su propio camino, con más condiciones laborales y un ritmo diferentepero con el mismo objetivo de no depender de fuentes externas. No se trata sólo de dónde se fabrica, sino también de cómo. Y es posible que dentro de unos años la etiqueta que encontremos no sea sólo “Made in China”, sino una forma diferente de fabricación en la que los robots ya no sean accesorios sino protagonistas.

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