July 11, 2025
El defensor del pueblo solicita al MEP que vuelva a implementar el programa integral de educación sexual.
El País

El defensor del pueblo solicita al MEP que vuelva a implementar el programa integral de educación sexual.

San José, 06 de mayo (Elmundo.cr) – El Defensor del Pueblo ha solicitado al Ministerio de Educación Pública (MEP) que reconsidere la eliminación del Programa de Afectividad Integral y Sexualidad, calificando esta decisión como “un revés en la garantía de los derechos de la infancia y la adolescencia”. Este programa era fundamental para la formación integral de los jóvenes, abordando cuestiones delicadas que afectan su desarrollo personal y social.

La decisión de eliminar el programa fue tomada por el Consejo para la Educación Superior (CSE) el 16 de enero de 2025, lo que ha generado un gran revuelo en la comunidad educativa y entre los defensores de los derechos humanos. La propuesta anterior había estado vigente desde 2013 y había servido como una herramienta importante para empoderar a los estudiantes en temas de sexualidad y afectividad.

El Defensor del Pueblo ha señalado que el nuevo programa de educación para la paz y la coexistencia, aunque beneficioso en su enfoque general, no logra cumplir con las metas específicas que había establecido el programa anterior. La nueva programación excluye contenidos esenciales que son vitales para el desarrollo integral de los adolescentes, como la salud sexual, la diversidad, la identidad de género y los derechos sexuales y reproductivos.

El informe presentado por el Defensor del Pueblo enfatiza que la educación integral en la sexualidad no solo es un ámbito de enseñanza, sino que se erige como un derecho humano reconocido universalmente. Este derecho ha sido defendido por diversas organizaciones internacionales, incluyendo el Comité de Derechos de los Niños y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW). De esta manera, la eliminación del programa contraviene las obligaciones internacionales que Costa Rica ha suscrito y que se espera que cumpla.

Las recomendaciones del Defensor del Pueblo son claras y consisten en la reactivación del programa, así como en la implementación de revisiones y evaluaciones periódicas. Esta tarea debe llevarse a cabo con el soporte técnico adecuado y la participación activa de estudiantes y docentes, quienes son los actores clave en este proceso de aprendizaje y desarrollo.

Residentes de la comunidad, como Angie Cruickshank Lambert, han expresado su preocupación en torno a cualquier modificación de los programas educativos. Ella subrayó: “Cualquier cambio en los programas educativos debe estar respaldado por estudios técnicos que evalúen sus posibles efectos sobre la salud, los derechos humanos y los adolescentes”. Es evidente que decisiones de esta índole deben basarse en la evidencia y en los intereses de los jóvenes.

Además, se hace hincapié en la necesidad de involucrar a expertos y organizaciones de derechos humanos en el proceso de toma de decisiones. Esto asegura el respeto a los derechos de los menores, alineándolo con las mejores prácticas y estándares internacionales. Las recomendaciones también incluyen fomentar la participación de la comunidad estudiantil y crear espacios para el diálogo y la capacitación de maestros.

El Defensor del Pueblo fundamenta sus recomendaciones en el principio de progresividad y en la importancia de no retroceder en los derechos humanos. Advierte que eliminar este programa podría incrementar los riesgos de discriminación, exclusión y violencia, especialmente hacia estudiantes LGBTIQ+, adolescentes de madres migrantes, poblaciones indígenas y aquellos con discapacidades. Además, se teme que esto pueda contribuir al aumento de tasas de embarazos adolescentes y enfermedades de transmisión sexual, problemas que ya representan un desafío significativo para la sociedad.