
El distanciamiento de la Generación Z del fanatismo político, religioso y deportivo – La nación
San José, 17 oct (elmundo.cr) – Si en el pasado la pertenencia a partidos políticos, clubes de fútbol o religiones era un marcador de identidad colectiva, para la Generación Z esos vínculos se han vuelto mucho más fluidos. Nacidos entre 1995 y 2010, los jóvenes de esta generación conectan más con causas eso con instituciones. Este cambio redefine lo que significa tener fe, ser hincha o ser votante.
Antes de dar credibilidad a una organización o empresa, primero quieren saber ¿Quiénes son tus líderes?.
La Generación Z no se involucra en el fanatismo partidista como las generaciones anteriores. Prefiere movilizarse por causas específicas –como el cambio climático, la igualdad racial, la diversidad de género o la protección de las minorías– en lugar de obedecer ciegamente a siglas políticas. Esta postura no representa apatía, sino más bien una reacción contra el radicalismo. Rechazan la idea de “animar” los partidos del mismo modo que se anima a los equipos de fútbol.
Ricardo DalboscoMédico y especialista en comunicación multigeneracional, explica que esta característica desafía el modelo tradicional de política, en el que la lealtad partidista era casi incuestionable. Hoy, el compromiso está más conectado con movimientos sociales, grupos independientes e influencers digitales.
La fe se vuelve más personal
La religión también está perdiendo espacio entre los jóvenes de la Generación Z. En Brasil, las investigaciones muestran un crecimiento entre los evangélicos sin afiliación confesional y entre aquellos que prefieren identificarse simplemente como “espirituales”.
Esto no significa una ausencia de fe, sino una búsqueda de espiritualidad personallibre de dogmas rígidos. En lugar de abrazar las instituciones tradicionales, esta generación combina diversas prácticas, creencias y filosofías, en una eclecticismo espiritual que se aleja del fanatismo religioso.
El fútbol y el fin de la rivalidad extrema
El fútbol, un lugar tradicional de intensa rivalidad, también está experimentando una transformación. La Generación Z sigue el deporte más como una forma de entretenimiento que como una señal de lealtad incondicional a un club.
Si antes era común heredar la camiseta de un equipo como legado familiar, hoy en día muchos jóvenes se mueven entre ligas, clubes e incluso diferentes deportes.
El fanatismo, que históricamente ha provocado violencia e intolerancia entre los fans, pierde poder ante una relación más críticos, globalizados y emocionalmente saludables con deportes.
Tres factores explican este cambio
- Hiperconectividad: El acceso a múltiples voces y fuentes de información rompió los monopolios narrativos de partidos, iglesias y clubes.
- Educación Crítica: La Generación Z creció con más estímulo para cuestionar y menos aceptación de verdades absolutas impuestas por padres, maestros, religiones o medios tradicionales.
- Evaluación de autenticidad: Los jóvenes prefieren decisiones que coincidan con sus valores personales antes que la adhesión ciega a instituciones o doctrinas.
De seguidores a ciudadanos conscientes
La Generación Z no ha abandonado la política, la religión o el deporte. Lo que abandonó fue el punto de vista del seguidor desinformado. En lugar de idolatrar partidos, líderes religiosos o equipos de fútbol, estos jóvenes eligen analizar, cuestionar y conectar con causas que representan sus valores.
Este comportamiento desafía a las instituciones tradicionales, que deberían reinventarte ganarse la confianza de una generación menos fanática y más exigente en términos de coherencia. Al final, la distancia de la generación Z lo demuestra el sentido de pertenencia puede existir sin idolatríay que la inclusión y la diversidad no coexisten con el radicalismo.