
El humo blanco y negro (o gris) del cóncavo: ¿Qué sustancias químicas se liberan por la chimenea?
El humo blanco y negro (o gris) del cóncavo: ¿Qué productos químicos hay en la chimenea?
Por Géraud Bosman-Delzons
El Vaticano se encuentra en un estado de efervescencia durante la vacante, que es el período interino que sucede a la muerte de un Papa y precede a la elección de su sucesor. Desde la muerte de Francisco el 21 de abril, los Cardenales han permanecido en la Ciudad del Vaticano. Saliendo del funeral, se han preparado junto a 133 Cardenales, todos menores de 80 años, para llevar a cabo la elección del nuevo Papa argentino.
El miércoles 7 de mayo, a las 4:30 a.m., los Cardenales se cerrarán en la Capilla Sixtina para llevar a cabo un cónclave. Este término, que literalmente significa “cerrado con llave”, define esta reunión secreta, considerada una de las más enigmáticas y vigiladas del planeta. Su única misión es elevar a uno de sus miembros al trono de San Pedro. Históricamente, los cónclaves han podido durar desde días hasta prolongarse hasta tres años, como sucedió entre 1268 y 1270.
Las obras de acondicionamiento en la Capilla Sixtina, que han estado en curso desde el siglo XVI, se han llevado a cabo a un ritmo variado, influenciado por grandes artistas como Miguel Ángel y Botticelli. Para asegurar que no se filtre ninguna información, todas las ventanas del Palacio del Vaticano están cubiertas en las áreas donde se lleva a cabo el cónclave, y se han instalado dispositivos para evitar cualquier tipo de comunicación externa.
En el exterior, el 2 de mayo, los bomberos del Vaticano subieron al tejado de la Capilla, ubicada al lado de la Basílica de San Pedro, para reinstalar la famosa chimenea y su capucha, doce años después de su último uso.
Para ser elegido, los Cardenales deben recibir el voto de la mayoría de dos tercios. Sin embargo, muchos de ellos prefieren no ser seleccionados. Si, tras la segunda ronda de votos, el humo negro es liberado, esto indica que no se ha elegido a un nuevo Papa. Un humo blanco, en contraste, significa “Habemus Papam” (“Tenemos Papa”), y este anuncio será realizado por el cardenal protodicono desde el balcón. Este medio de comunicación simbólico que tanto aprecia la iglesia es propenso a malentendidos, lo que ha dado pie a diversas teorías. Según Cyprien Viet, especialista en el Vaticano, aunque sería mucho más sencillo enviar un comunicado digital, se ha decidido conservar esta tradición para intensificar la expectación entre los medios de comunicación y las multitudes.
“Un negro muy pálido”
El uso de humo como señal no es una innovación. Desde hace siglos, abrir una ventana ha simbolizado que el papado ha recibido un nuevo soberano. A partir de 1878, cuando los cónclaves migraron desde el Palacio Quirinal a la Capilla Sixtina, el método de señalización cambió significativamente.
Siguiendo el riguroso protocolo del cónclave, el Camerlingue, el Papa interino—actualmente el estadounidense Kevin Farrell—es el encargado de quemar los votos tras el conteo. Sin embargo, no es el único material que se utiliza para producir el humo.
Originalmente, la técnica para colorear el humo era bastante básica: se quemaba resina de alquitrán para generar humo negro, mientras que se añadía paja húmeda para conseguir un humo blanco. Este método resultaba poco confiable, ya que el humo negro muchas veces se tornaba gris. A lo largo de los años, han emergido nuevas técnicas, aunque las multitudes siguen congregándose para esperar la señal en la Plaza de San Pedro, según el Instituto Nacional de Archivos.
El año 1978 fue particularmente memorable en este contexto. Agence France-Presse narra un episodio de aquel año en 2013:
El 26 de agosto, al elegirse a Juan Pablo I, los presentes vieron humo negro cuando en realidad lo era blanco. Documentos de la época indican que los periodistas, confiados, decidieron que el humo era negro, aunque realmente era blanco. En ese momento, alguien hizo notar: “Es negro, realmente es negro… un negro muy ligero porque le da el sol”. Tras esta disyuntiva, decenas de miles de personas mantuvieron la mirada fija en la pequeña chimenea.
Distribución de confusión
Con tal incertidumbre, se implementaron cambios después de la muerte del Papa polaco durante el cónclave de 2005, buscando hacer más claro el mensaje. Actualmente, hay dos estufas de hierro fundido, ambas temporales, una para quemar los votos y otra que produce señales electrónicas de humo. Para mayor certidumbre, las campanas de la Basílica también suenan, indicando que un nuevo Papa ha sido seleccionado.
Pese a estas medidas, el 18 de abril, un penacho blanco emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, pero, curiosamente, sin el sonido de la campana. Esto provocó confusiones y la especulación continuó. Al día siguiente, a pesar de que el humo era efectivamente blanco, hubo dudas acerca de su autenticidad, y Joseph Ratzinger, conocido como Benedicto XVI, fue elegido.
En marzo de 2013, las autoridades del Vaticano divulgaran la composición química de los humos: el negro consistía en una mezcla de potasio, perclorato, alquitrán y azufre; mientras que el blanco, inferior en cantidad y tiempo, se formaba a partir de clorato de potasio, lactosa y resina de pino. Este enfoque ha llevado a que algunos analistas afirmen que “el Vaticano produce pequeñas bombas de humo con facilidad”. La BBC detalló que estas “bombas de humo” funcionan indicando que el carbón se quema junto a un agente oxidante. François, con conocimiento en química, probablemente estaba familiarizado con estas fórmulas. Sin embargo, las emisiones de los cónclaves no deberían impactar significativamente en el equilibrio ecológico del Vaticano, que ha comprometido su neutralidad en carbono para el 2050.
Con un enfoque en la percepción y la seguridad, los organizadores han tomado importantes precauciones. Se revisan las estufas y se ha instalado un sistema eléctrico especial de calefacción y ventilación para mejorar la salida del humo. Además, se prevé que una declaración jurada “permanecerá en una pequeña sala técnica cerca de la Capilla Sixtina” para asegurar que el control se mantenga mientras se realice el cónclave. Según informaciones del Vaticano, incluso se instalarán proyectores alrededor de la chimenea para hacer visible el humo, y se establecerá una sala de comunicación para transmitir en vivo los eventos. Esta gran preparación señala una nueva era para el arte del cónclave en 2025.
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