
El país más costoso de América Latina y el reto del turismo ante un tipo de cambio poco favorable.
SAN JOSÉ, 3 de mayo (Elmundo.cr) – Costa Rica se ha consolidado como el país más caro para vivir en América Latina, con proyecciones que indican esta tendencia se mantendrá hasta 2025, según el reciente índice de costo de vida publicado por la reconocida base de datos global Nombre. Este informe resalta la situación económica del país, donde el costo de los bienes y servicios ha aumentado considerablemente.
En particular, Costa Rica obtuvo un puntaje de 50.15 en este índice, superando a naciones como Uruguay, que registró un puntaje de 46.33, y Panamá, con 43.91. Es importante destacar que esta clasificación coloca a Costa Rica justo debajo de naciones más desarrolladas como los Estados Unidos y Canadá a nivel continental, lo que refuerza la percepción de que su costo de vida es notablemente elevado.
Estos datos emergen en un contexto crítico para el sector turístico del país, que enfrenta una doble presión. Por una parte, el aumento generalizado en los precios de los bienes y servicios está afectando el poder adquisitivo tanto de los ciudadanos como de los turistas. Por otra parte, la apreciación continua del Colón frente al dólar estadounidense está complicando aún más la situación financiera de las empresas del sector.
Muchos operadores turísticos reciben sus ingresos en dólares estadounidenses. Sin embargo, sus gastos operativos son principalmente en Colones. Esta disparidad en la moneda afecta directamente los márgenes de ganancia y plantea desafíos significativos en la competitividad en comparación con otros destinos turísticos en la región. En este sentido, Marti Jiménez, presidente de la Sala Nacional de Turismo (Canatur), ha manifestado su preocupación, subrayando que “la pérdida de competitividad del sector es real”. Con un tipo de cambio tan poco favorable y un entorno económico cada vez más costoso, el sector turístico se enfrenta a una situación complicada que dificulta su capacidad para generar empleo y atraer a más visitantes.
A pesar de las advertencias, el Ministro de Turismo, William Rodríguez, minimizó la percepción sobre la incidencia del tipo de cambio en el comportamiento del sector. En declaraciones recientes, afirmó que “el turista que viene aquí no lo hace pensando en ese factor”, y atribuyó la desaceleración en la llegada de visitantes a otros elementos, como la disponibilidad de vuelos y la promoción internacional de Costa Rica como destino turístico.
Por su parte, el Banco Central de Costa Rica, representado por Róger Madrigal, defendió la política monetaria vigente y argumentó que el tipo de cambio está respondiendo a las fuerzas del mercado. “Existen personas que estarán en mejores condiciones y otras que enfrentarán grandes dificultades”, comentó Madrigal, enfatizando que sería irresponsable intentar manipular artificialmente el valor del dólar.
En este contexto, Canatur insistió en que es esencial que el estado tome medidas para proteger una industria que representa más del 6% del PIB nacional. La combinación de un elevado costo de vida y un dólar débil frente al Colón representa una amenaza significativa para la recuperación del sector turístico, golpeado duramente durante años por la pandemia de COVID-19.
“El turismo no puede operar con los márgenes de ganancia de hace tres años en una Costa Rica que hoy es considerablemente más cara”, concluyó Jiménez, reflejando la urgencia de la situación y la necesidad de un enfoque proactivo por parte de las autoridades.