
El poder ejecutivo ha optado por una estrategia de confrontación constante.
San José, 1 de mayo (Elmundo.cr) – El Presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, expresó que “no podemos ser ingenuos en relación al desgaste de la imagen parlamentaria”. Este comentario surge en un contexto donde la percepción pública del Parlamento se encuentra bajo un intenso escrutinio. Arias enfatizó que la crítica hacia el Parlamento no es un fenómeno nuevo, señalando que “es una herida antigua que algunos manipulan como si fuera una novedad en este período actual”. Afirmó que el Parlamento, por su esencia, es un reflejo de la sociedad a la que representa: “diverso, contradictorio y apasionado”.
Además, Arias argumentó que hay quienes creen que la democracia no es un acuerdo, sino una tensión virtuosa. “Lo aceptamos, lo asumimos y transformamos esa tensión en compromiso”, añadió el presidente del Congreso. Esta reflexión se centra en la importancia del diálogo y el entendimiento mutuo dentro del proceso legislativo, destacando que un compromiso efectivo debe llevar a mantener los debates en un nivel de respeto y sentido. Esto se vuelve crucial para evitar confrontaciones inadecuadas en la representación popular, como las que han ocurrido recientemente.
Con la llegada de un nuevo año electoral, Arias reconoció que las pasiones tienden a intensificarse, y que los contrastes ideológicos se evidencian aún más. Sin embargo, también vio esta situación como una oportunidad para mostrar madurez política y reafirmar que la mesura es no solo posible, sino necesaria. Dijo: “Este Congreso está llamado a mantener la calma en medio de la tormenta que genera un poder ejecutivo que ha optado por una estrategia de hostilidad continua”.
El legislador subrayó que no se trata de obstáculos aislados, sino de una clara intención por debilitar la institucionalidad, lo que se manifiesta en la pérdida de confianza en los contrapesos políticos y en la transformación del debate político en un verdadero campo de batalla. “La reunión debe ser tranquila pero firme”, enfatizó, añadiendo que no se puede responder a quejas con más quejas ni caer en un exceso de debilidad. Al contrario, es esencial incorporar el poder necesario para servir al público.
“La defensa de la dignidad no es un acto de orgullo, sino un respeto hacia el mandato conferido por el pueblo”, afirmó Arias. En este sentido, reafirmó su compromiso diciendo que la presidencia legislativa y esta sala están decididas a ser guardianes involuntarios de la constitución, la ley, la supremacía y la institucionalidad democrática que sostiene a Costa Rica.
Arias instó a quienes están en el poder a recordar que “no toleraremos bajo ningún pretexto que se intente debilitar el sistema que garantiza nuestras libertades”. En el marco de una democracia sólida, no hay espacio para la indulgencia, ni para socavar los esfuerzos destinados a preservar los fundamentos de la misma. La defensa de la República no es opcional: es un deber inalienable que debemos honrar con cada acto y con cada palabra.
Finalmente, Arias hizo un llamado al Presidente y a su gobierno, instándolos a transformar la constante y sistemática queja sobre la falta de resultados positivos para Costa Rica. “Por el contrario, los invito a convertir las energías destructivas que tanto nos han afectado, en fuerzas constructivas que son urgentemente necesarias”, concluyó su discurso.