July 21, 2025
El verdadero desafío en nuestra región

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El verdadero desafío en nuestra región – La nacion

San José, 20 de julio (Elmundo.CR) – En un momento en que los sistemas de salud envejecían la presión no publicada en la población, las enfermedades crónicas, la escasez de personal y una ciudadanía cada vez más digital, la transformación tecnológica ya no es un lujo, sino una necesidad estructural. La pregunta no es si el sector de la salud debe digitalizarse, sino cómo hacerlo sostenible, inclusivo y centrado en las personas.

Las listas de espera en el Fondo de Seguridad Social Costa Rican (CCSS) alcanzaron niveles críticos para 2024, con aproximadamente 185. 845 personas que esperaban operaciones y, en promedio, 424 días para recibir atención quirúrgica. En consulta externa, se informaron 322 901 citas pendientes a fines de diciembre, con un tiempo de retraso medio de 466 días. Los procedimientos poiklínicos reflejan una realidad similar: 685. 647 personas esperaron a fines de 2024, con una guardia promedio de 183 días. Estas cifras son responsables de una saturación sistémica que retrasa los diagnósticos y tratamientos oportunos, aumentando la carga de los pacientes crónicos y la frustración de los usuarios.

La historia del papel médico, los sistemas fragmentados y los procesos manuales limita la capacidad de respuesta de cualquier institución de salud. Todos los días perdidos en la burocracia pueden hacer diagnósticos, tratamientos interrumpidos o decisiones clínicas significan sin información adecuada. En este contexto, la integración de la tecnología que conecta sistemas, profesionales, pacientes y datos es una prioridad ética y operativa.

La verdadera innovación no es solo tener plataformas digitales, sino hacer que hablen entre sí, que respeten el flujo clínico correcto, lo que garantiza la confidencialidad del paciente y es accesible para centros de salud grandes y pequeños. La digitalización debe ser modular y adaptable, no una carga técnica, sino una herramienta de empoderamiento.

Un ecosistema vinculado en salud implica más que software. Si un médico puede ver el historial completo de su paciente en tiempo real, cuando una madre puede hacer una cita con su teléfono celular, o si un hospital rural puede escalar su infraestructura sin grandes inversiones, la tecnología se convierte en un aliado de la equidad.

La experiencia de países como Estonia demuestra que es posible llegar a un sistema de salud digital integrado, incluso a nivel nacional, cuando combinó la visión estratégica, la voluntad política y la tecnología confiable. Aunque este modelo puede parecer lejos para América Latina, los actores regionales ya desarrollan soluciones que respetan las regulaciones locales, se adaptan a presupuestos limitados y se desarrollan con las instituciones.

En esta transición, se cobra la experiencia de los integradores que incluye lenguaje clínico y tecnológico. Empresas como DataSys Group, con evidencia regional y un enfoque de salud especializado, contribuyen al cierre de la brecha entre la innovación y la atención real. Su papel no se limita a la implementación de sistemas, sino a acompañar los procesos de cambio institucional con la visión humana, la escalabilidad y el conocimiento del medio ambiente.

“Uno de los obstáculos más importantes para la digitalización es la resistencia cultural al cambio. Muchos centros temen que la tecnología reemplace el vínculo con el paciente, cuando en realidad puede fortalecerlo. La capacitación continua del personal médico, el diseño del usuario y la guía técnica constante es esencial para la tecnología que no debe ser integrada, pero está integrada con el significado”, dijo Guillermer Rojas “”.

Las innovaciones prometen más: los sistemas de inteligencia artificial pueden priorizar a los pacientes por urgencia clínica, reduciendo al 30% de la cirugía, como lo demuestran los estudios internacionales. Además, la telemedicina aparece como una solución efectiva en las zonas rurales, evitando transferencias innecesarias y aliviando la presión en los hospitales. Instrumentos de alcance automático, monitoreo real de los portales y conexión interoperable entre los centros, gracias a la creciente banda ancha (Costa Rica ocupa el puesto 38 en el desarrollo de banda ancha, con un 86 % de acceso), puede transformar el sistema, lo que lo hace más ágil, equitativo y enfocado en las necesidades del paciente.

La resiliencia del sistema de salud también depende de la capacidad de adaptarse rápidamente a crisis como pandemias, desastres naturales o ataques cibernéticos. Las soluciones modulares, accesibles desde múltiples canales y protegidas a través de una infraestructura segura, hacen posible esperar y responder sin comprometer la calidad de la atención. En este punto, la tecnología no solo es útil, sino también crítica.

La salud digital no se trata solo de eficiencia. Es acceso, justicia y dignidad para aquellos que más lo necesitan. El desafío es elaborar una transformación digital inclusiva, basada en datos éticos, que es sostenido por alianzas público-privadas, y con un paciente informado y activo en el medio de todo. Porque al final del día, la mejor tecnología es la que nos permite cuidar mejor.