June 6, 2025
Estados Unidos ha incluido a Cuba en su lista de países que no colaboran en la lucha contra el terrorismo.
El Mundo

Estados Unidos ha incluido a Cuba en su lista de países que no colaboran en la lucha contra el terrorismo.

Los Estados Unidos han decidido reintegrar a Cuba en la lista de países a los que consideran que no cooperan plenamente en su lucha contra el terrorismo, manteniendo a Venezuela en el mismo grupo, según lo informó el Departamento de Estado en un comunicado reciente. Este anuncio se produce en un contexto de creciente presión sobre la isla, especialmente desde que Donald Trump asumió nuevamente la presidencia para un segundo mandato.

Desde el 20 de enero, día de su toma de posesión, Trump ha reafirmado su postura sobre las políticas de su predecesor, el demócrata Joe Biden, quien había decidido retirar a Cuba de una lista negra específica de países considerados Patrocinadores del terrorismo. La decisión de Trump de reintegrar a Cuba a esta lista ha sido interpretada como un movimiento estratégico para intensificar la presión sobre el régimen cubano.

Marco Rubio, actual jefe de la diplomacia, hijo de emigrantes cubanos que llegaron a Estados Unidos antes de que Fidel Castro llegara al poder, ha sido una de las figuras más influyentes en esta decisión. En un comunicado, el portavoz del Departamento gubernamental, Tammy Bruce, manifestó que “en 2024, el régimen cubano no trabajó completamente con Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo”. También se mencionaron otros cuatro países, entre ellos Venezuela, Corea del Norte, Irán y Siria, que permanecerán en la lista.

Bruce añadió que “hay al menos 11 refugiados de justicia estadounidenses en Cuba”, varios de los cuales enfrentan cargos relacionados con el terrorismo, y subrayó que el régimen cubano ha dejado claro que no está dispuesto a negociar su regreso para que enfrenten la justicia en EE. UU. Su inclusión en la lista de “país no cooperante completamente” (NFCC) conlleva importantes repercusiones, como la prohibición de la venta o concesión de licencias para la ejecución de artículos y servicios de defensa a Cuba.

Ante esta situación, Cuba no se ha quedado de brazos cruzados y ha respondido con contundencia. Carlos Fernández de Cossío, viceministro de Asuntos Exteriores cubanos, afirmó en la Red Social X que “son ellos quienes se niegan a cooperar con Cuba y otros países en la lucha contra el terrorismo”, y enfatizó que “la historia de la complicidad y la participación de las agencias gubernamentales de Estados Unidos en el terrorismo está bien documentada”. Este tipo de declaraciones evidencian la tensión existente entre ambos países, tensiones que han estado presentes durante más de seis décadas debido al embargo comercial impuesto por Washington a la isla.

Trump endureció este embargo durante su primer mandato (2017-2021) con un conjunto de medidas que nunca antes se habían aplicado, incluyendo el regreso de la isla a su lista negra de patrocinadores del terrorismo. Estas sanciones han afectado considerablemente al comercio y la inversión, puesto que las empresas están expuestas a las consecuencias de las sanciones estadounidenses, lo que limita así las oportunidades de desarrollo económico en el país.

Antes de asumir el poder, Biden había prometido implementar cambios en la política hacia Cuba, pero sus promesas se vieron obstaculizadas por la posterior represión de las manifestaciones antigubernamentales en julio de 2021, que resultaron en un muerto y numerosos heridos. Justo antes de su llegada a la Casa Blanca, Biden alivió algunas de las sanciones para facilitar la liberación de cientos de prisioneros políticos en Cuba, pero el ambiente siguió siendo de resistencia y confrontación.

El reciente regreso de Trump a la Casa Blanca ha impulsado una serie de posturas contundentes hacia Cuba. Mike Hammer, representante estadounidense designado durante el mandato de Biden, ha estado realizando visitas a la isla para evaluar la situación de los disidentes, lo que ha suscitado descontento en el gobierno cubano, que a su vez niega la existencia de prisioneros políticos al acusar a los opositores de ser “mercenarios” al servicio de Estados Unidos.