October 28, 2025
Las abejas hacen realidad los sueños en Uzbekistán

 – La nación
El Mundo

Las abejas hacen realidad los sueños en Uzbekistán – La nación

Zarnigor Yakubova ha estado rodeada de abejas la mayor parte de su vida. Creció en un pequeño pueblo del distrito de Bo’stonliq, en la región montañosa de Uzbekistán, ayudando a su padre con las tareas familiares de apicultura. Lo que comenzó como una costumbre familiar se convirtió en una habilidad que cultivó silenciosamente hasta la edad adulta.

Zarnigor, una estudiante apasionada, con sólidas habilidades lingüísticas y con planes de convertirse en profesora, siempre creyó que dedicaría su futuro a trabajar en el campo de la educación.

Pero todo cambió de repente. Mientras estaba embarazada de su primer hijo, se divorció mientras cuidaba a su madre gravemente enferma. Sin oportunidades laborales en su aldea y sin apoyo externo, Zarnigor tuvo que afrontar el enorme desafío de mantener sola a toda su familia.

“La comunidad en la que vivo es muy tradicional. Aquí el divorcio se considera culpa de la mujer. Nadie dice eso, pero todos piensan eso”, confiesa. “Los chismes se difunden rápidamente y es difícil conseguir apoyo. Pero no me rendí”.

Con pocas opciones y tras interrumpir sus estudios, volvió a algo familiar: las abejas.

“Todavía recuerdo cuando [mi padre] Recogió su primera miel, unos 10 o 15 kilogramos. Nos compró un pequeño regalo de madera en forma de corazón. Fue entonces cuando me di cuenta de que este trabajo tiene valor”.

Al principio se dedicó a las colmenas de su familia. Pero el trabajo fue muy duro. Su equipo estaba obsoleto. Solían derretir la cera en vasijas grandes, lo que dejaba impurezas y aumentaba el riesgo de enfermedades.

Los apicultores de cinco comunidades vecinas tuvieron que compartir un solo extractor de miel, esperar su turno y, a menudo, viajar largas distancias. Cuando la urticaria enfermaba, no tenían forma de detectar el problema ni de tratarlo a tiempo. Cosechas enteras de miel podrían perderse debido a brotes de enfermedades, y cada retraso significaba menores rendimientos e ingresos.

En 2023, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) se puso en contacto con Zarnigor para unirse al proyecto “No dejar a nadie atrás”, apoyado por el Ministerio de Agricultura y Silvicultura de Türkiye. El proyecto empodera económicamente a las mujeres rurales brindándoles acceso a conocimientos, herramientas y redes de pares agrícolas.

Zarnigor fue una de las 48 mujeres del distrito de Bo’stonliq seleccionadas para recibir ayuda.

A través de sesiones de formación dirigidas por expertos y un festival regional de apicultura, Zarnigor amplió enormemente sus conocimientos. Los talleres cubrieron métodos prácticos para mejorar la higiene de las colmenas, detectar signos tempranos de enfermedades y gestionar las colonias de manera más eficaz. Los participantes también aprendieron estrategias para alimentar a las abejas con jarabe de azúcar a principios de la primavera, cuando son más vulnerables después del invierno, así como formas de hacer que su apicultura sea más rentable y una fuente sostenible de ingresos.

“Aprendí a separar la cera de la miel, a detectar insectos dañinos con solo observar las colmenas y a cuidar a las abejas cuando tienen hambre después de un largo invierno”, afirma.

El proyecto también proporcionó a su familia su propio fundidor de cera y extractor de miel. Con este cambio pudo ahorrar tiempo, reducir los riesgos de enfermedad y trabajar de forma independiente.

Con acceso a este equipo esencial y los conocimientos adecuados, Zarnigor pudo iniciar su propio negocio de apicultura. Ahora dirige 40 colmenas y vende miel, cera, jalea real y propóleo a los clientes directamente desde su casa.

También ayuda a su padre a adaptarse a las herramientas modernas e incluso creó un blog para promocionar sus productos apícolas y compartir su historia.

“No me di cuenta de cuánto estábamos perdiendo hasta que aprendí la manera correcta de hacer las cosas”, dice.

En Uzbekistán la apicultura se considera tradicionalmente un trabajo de hombres. Hasta hace poco, Zarnigor no había conocido a ninguna otra apicultora. “Todos pensábamos que era un trabajo de hombres. Demasiado arriesgado, demasiado difícil”, afirma.

Sin embargo, a través de su ejemplo, Zarnigor ayuda a desafiar esos estereotipos y cambiar las percepciones en su aldea. Varias mujeres que asistieron a las sesiones de capacitación ya comenzaron a desarrollar su propia urticaria y muchas más acuden a ella en busca de orientación.

Los ingresos que obtiene de la producción de miel y las clases que da a los niños en su tiempo libre ayudan a Zarnigor a alcanzar otro hito importante. Está ahorrando para comprar su propia casa. “Es pequeño, pero será mío. Eso es lo más importante”.

Además del apoyo técnico, el proyecto también creó conexiones informales entre mujeres rurales. Un grupo creado para mantenerse en contacto después de las capacitaciones se convirtió en un valioso espacio para intercambiar ideas y animarse mutuamente. “No se trata sólo de herramientas o consejos. Nos motivamos unos a otros y compartimos nuestro progreso. Es como una pequeña comunidad”.

Y a través de este proceso, ella permanece enfocada en el futuro. Espera abrir una tienda de miel de marca y criar a su hijo con los mismos valores que aplica en su trabajo. “Quiero que cuando crezca sea alguien importante, alguien que coopere con los demás, pero que también sepa de dónde viene y aprecie lo que hemos construido”.

Lo que comenzó como una forma de superar tiempos difíciles se ha convertido en un negocio exitoso que no solo le proporciona un sustento, sino que también permite a otras mujeres construir negocios duraderos y lograr una mayor independencia financiera.

“He enfrentado prejuicios, enfermedades familiares, pobreza y aislamiento. Pero todavía estoy aquí y estoy construyendo un futuro para mí y mi hijo, con abejas, con mis propias manos y con la creencia de que tengo la capacidad de lograr más”.

La historia y las fotografías relacionadas se pueden encontrar en: https://www.fao.org/newsroom/cuento/dulces-sueños-se-hacen-de-abejas-en-uzbekistan/es.