
Las causas del avance de la extrema derecha.
Para Grégoire Sauvage
Cinco meses después de la inesperada cancelación de la primera ronda de las elecciones presidenciales, los votantes rumanos mostraron una clara afluencia hacia las urnas, manifestando su apoyo masivo al candidato radical, George Simion, quien es conocido por ser un juez extremadamente polémico. Esta elección es un claro reflejo de la profunda fatiga política que el país ha estado experimentando en los últimos años. Sin embargo, el futuro líder de Rumanía no se determinará hasta la segunda ronda de elecciones, programada para el próximo 18 de mayo.
Este evento representa un nuevo capítulo en el ascenso de la extrema derecha en Europa. En la jornada electoral del 4 de mayo, Rumanía evidenció un giro hacia el nacionalismo al respaldar a George Simion, al frente de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR), quien obtuvo el 41 % de los votos, superando las proyecciones de las encuestas previas.
“No es solo una victoria electoral; es una victoria de la dignidad rumana. Es la victoria de todos aquellos que no han perdido la esperanza, de aquellos que todavía creen en un Rumania libre, respetada y soberana”, fue lo que declaró George Simion tras la divulgación de las encuestas de boca de urna.
Simion, un ex futbolista nacional y cofundador de un grupo de aficionados nacionalistas, aprovechó la ola de insatisfacción generada por el sorpresivo cambio en el calendario electoral de noviembre de 2024. A pesar de que el Tribunal Constitucional anuló la voz de la anterior candidatura debido a alegaciones de interferencia rusa en favor de Calin Georgescu, otro candidato de extrema derecha, Simion ha sido objeto de acusaciones por supuestas mentiras durante su campaña y la preparación de actos violentos.
En esta ocasión, se ha notado una disminución en la manipulación de redes sociales por parte de Moscú. A lo largo de su campaña, George Simion reiteró su compromiso de “devolver al pueblo rumano la voz que le fue arrebatada”. El domingo, junto a Calin Georgescu, prometió nombrarlo primer ministro si obtiene la victoria.
‘Si bien perdió en la primera elección (George Simion se ubicó en la cuarta posición), probablemente logró captar la insatisfacción de quienes consideran que su voz fue silenciada’, explica Oana Popescu-Zamfir, directora y fundadora del Centro de Pensamiento Globalfocus.
“Este representa actualmente uno de los argumentos más fuertes de los populistas en Europa: alegan ser la voz del pueblo pero, a la vez, pretenden imponer un marco de poder constitucional, institucional o europeo”, estimó el historiador y profesor emérito en ciencias políticas, Jacques Rupnik, quien subraya que la nueva administración de EE. UU., particularmente el papel del Vicepresidente, observa con interés el crecimiento de la extrema derecha en Rumania, similar a eventos recientes en Francia y Alemania.
En un mensaje difundido a través de X, el líder parlamentario del partido Agrupación Nacional, Marine Le Pen, retoma esta narrativa de conspiración europea y argumenta que Rumanía acaba de presentar a Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, un “hermoso efecto boomerang”.
“Voz Dual contra el Sistema”
George Simion se caracteriza por su oposición a las vacunas, una fuerte identificación como “patriota cristiano” y su admiración por Donald Trump, compartiendo con el presidente de EE.UU. un discurso anti-sistema que ha resonado entre muchos rumanos cansados de una élite política considerada corrupta y desconectada de la realidad. Un indicativo de la fatiga de los votantes: el candidato centrista Nicușor Dan, que ocupaba el segundo lugar, también proyecta un mensaje anti-sistema.
“En efecto, observamos una voz dual anti-sistema, con Nicușor Dan, quien es un candidato reformista que enfatiza su experiencia en ONGs y se presenta como independiente. Junto a la figura de Simion, esto refleja una decepción generalizada hacia la clase política y un sentido de capitulación”, concluyó Oana Popescu-Zamfir en su análisis.
Simion ha sabido capitalizar su juventud y el uso estratégico de redes sociales, especialmente TikTok, para movilizar la frustración de las áreas rurales, donde la tasa de desempleo es notablemente elevada y el descontento se ha hecho palpable.
“Rumanía presenta un escenario similar al que observamos en otros países: una división clara entre las grandes ciudades prósperas, que albergan a ciudadanos más educados y viajados, y una Rumanía de pequeñas ciudades que están menos desarrolladas, donde el discurso nacionalista resuena con mayor fuerza”, destacó Jacques Rupnik.
La extrema derecha en Rumania está manifestando un claro enfoque prioritario hacia la nacionalidad, incluso por encima del desarrollo económico del país.
George Simion también ha obtenido un considerable apoyo en la diáspora ubicada en Europa Occidental, que, aunque se beneficia de políticas europeas, mantiene un fuerte resentimiento hacia la clase política rumana. En Italia, bajo el control de Giorgia Meloni, el candidato AUR logró obtener más del 70 % de los votos de los rumanos allí residentes.
Un futuro incierto en la segunda ronda
A pesar de ser menos radical que Calin Georgescu y de manifestar su oposición a Moscú, George Simion comparte un discurso soberanista significativo con su antiguo competidor. Con un evidente aire nostálgico hacia el régimen del dictador comunista Nicolae Ceaușescu, sueña con una “Gran Rumania“, de la que se perdió una gran parte tras 1945 a favor de la Unión Soviética. En ocasiones anteriores, ha defendido la anexión de regiones de Moldavia y Ucrania con poblaciones rumanas, lo que le valió la prohibición de acceso a estos países.
Tras su abrumador resultado en la primera vuelta, George Simion puede ser considerado como el “Trump rumano”, en el marco de una alianza “MAGA” (siglas de “Make America Great Again”) que resuena en el corazón de la Unión Europea. Su eventual elección podría representar un retroceso significativo para Bruselas, que se vería obligada a lidiar con una nueva voz euroescéptica e insular, similar a los primeros ministros de Hungría y Eslovaquia, Viktor Orbán y Robert Fico.
A pesar de que el cargo de presidente en Rumanía posee un peso significativo en la política exterior, el país, con 19 millones de residentes, juega un rol estratégico dentro de la OTAN, especialmente a la luz de la invasión rusa de Ucrania. El presidente rumano tiene el mandato sobre las Fuerzas Armadas y preside el Consejo de Seguridad Nacional, el cual es responsable de decidir la asistencia militar. También tiene la capacidad de imponer vetos sobre decisiones de la UE y otras decisiones relevantes del primer ministro.
En caso de una victoria en la segunda ronda del 18 de mayo, George Simion ha prometido una cruzada contra el fraude y el desperdicio, inspirado por el modelo de ‘Departamento de Eficiencia del Gobierno’ de los Estados Unidos, además de duplicar el presupuesto de defensa en un plazo de cinco años hasta alcanzar el 4 % del PIB.
No obstante, el desenlace de las elecciones permanece incierto, dado que George Simion “ha captado todos los votos nacionalistas”, advierte Jacques Rupnik, quien sostiene que la transferencia de votos, especialmente desde el Partido Socialdemócrata (PSD) del primer ministro Marcel Ciolacu, podría favorecer al candidato centrista.
Este artículo es un ajuste de su original en francés.