November 6, 2025
Las mujeres replantando el futuro de Argentina

 – La nación
El Mundo

Las mujeres replantando el futuro de Argentina – La nación

Cuando Iracema Da Luz Ferreyra camina por los patios sombreados de la Colonia Alegría, ve más que sólo árboles. Ve un futuro para su granja, una pequeña granja familiar que se ha transmitido de generación en generación.. “Me imagino mi finca dentro de 10 años con muchas más plantas, muchos más árboles. Quizás no lo vea todo, pero espero que mis hijos y nietos puedan decir: ‘mi madre, o mi abuela, la plantó'”.

En lo profundo de la provincia de Misiones, en el noreste de Argentina, la ciudad de Colonia Alegría se encuentra en una de las regiones forestales más ricas del país. Los bosques autóctonos de Argentina, que abarcan 46,5 millones de hectáreas, proporcionan agua, alimentos y medicinas a las comunidades rurales. Pero años de agricultura intensiva, especialmente el cultivo de tabaco y yerba mate, llevaron al límite el equilibrio entre la vida y la tierra.

Ante esta situación, las mujeres propusieron cocultivar especies de árboles nativos, que tienen alto valor al ser utilizados como alimento y medicina, además de brindar un hábitat esencial para la flora y fauna silvestre y los polinizadores. En colaboración con la Asociación Civil Minka, organización comunitaria, las mujeres comenzaron a sembrar árboles jóvenes autóctonos, con el apoyo del Gobierno de Argentina y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en el marco del proyecto. REDD+ en Argentina financiado por el Fondo Verde para el Clima (GCF). Esta iniciativa es parte de una inversión mayor de más de USD 80 millones que el GCF otorgó a Argentina en 2020 en reconocimiento al éxito del país en sus esfuerzos por reducir la deforestación, la degradación forestal y las emisiones de gases de efecto invernadero durante ese tiempo.

Andrea Pereyra, quien al igual que Iracema integra el Grupo de Mujeres Empresarias de Colonia Alegría, creció en la región pero salió de casa en busca de oportunidades laborales. Luego de cuatro años alejado, regresó a la Colonia Alegría a los 22 años.

Andrea creció viendo cómo talaban árboles para cultivar tabaco y yerba mate, pero ahora, a los 20 años, se dio cuenta de la importancia del bosque.

“El bosque es vida. De él obtenemos agua, aire y todo”, afirma. “No queremos seguir talando bosques para sobrevivir. Queremos plantar para la naturaleza y encontrar otras formas de sustentar a nuestras familias”.

Junto con su marido, ahora trabaja en una reserva donde planta árboles nativos en tierras degradadas. También cría gallinas y cerdos, sin talar el bosque para construir corrales. Gracias a la financiación para la Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación Forestal (REDD+), su comunidad pudo implementar estas prácticas sostenibles sin dejar de ganarse la vida, lo que demuestra que la protección de los bosques y los medios de vida pueden crecer de la mano.

Semilla para el futuro

Las plántulas de árboles son fundamentales para el enfoque de las mujeres. Con el apoyo de la FAO y la Asociación de Ciudadanos de Minka, están aprendiendo a cultivar especies autóctonas; algunos estaban destinados a la madera, otros fueron elegidos para proporcionar alimentos, medicinas o hábitats a los polinizadores. Un nuevo centro comunitario albergará una guardería y proporcionará un espacio para la formación, el procesamiento y la comercialización colectiva.

Las mujeres participan periódicamente en sesiones de formación sobre biodiversidad, recolección de semillas y agricultura sostenible. “Queremos ser los productores de semillas de la zona”, dice Iracema. “Producir nuestras propias semillas y tener ingresos en armonía con el medio ambiente.”

La comunidad también tiene planes de instalar una cocina artesanal para enseñar a preparar y envasar alimentos, lo que convertirá al centro en un centro de comercio local. “Si lo hacemos solos, resulta demasiado difícil”, afirma Iracema. “Pero como grupo nos ayudamos unos a otros, vendemos juntos y construimos algo duradero”.

La apicultura también echó raíces. Las mujeres administran colmenas que producen miel, mantienen los ingresos del hogar y mejoran la polinización en áreas reforestadas. Estos esfuerzos están en el Programa para productores forestales indígenasque apoya a las empresas forestales, reconociendo al mismo tiempo el papel de las mujeres en la gestión forestal y la vida comunitaria. Este programa, liderado por la FAO y la Dirección Nacional de Bosques y financiado por el GCF, garantiza que las mujeres no solo restauren los bosques, sino que también transformen la gestión sostenible en una solución climática a largo plazo cuya eficacia se pueda verificar.

“Queremos que nuestros hijos y nietos sepan qué son estas plantas. Que recuerden que dejamos de talar y empezamos a plantar. Que el bosque sigue aquí gracias a nosotros”, añade Andrea.

“No se trata de imponer ideas”, afirma Ana María Roldán, presidenta de la Asociación Cívica Minka. “Se trata de trabajar juntos para encontrar lo que funcione mejor para nuestra comunidad”. Ana María, una socia importante en el proceso, ayudó a integrar la capacitación técnica con el conocimiento local, para asegurar que las soluciones surjan de la comunidad y que el manejo de los recursos forestales se convierta en una responsabilidad compartida.

El apoyo también ha creado un espacio para que las mujeres rurales se expresen, según Iracema, quien dice: “A veces somos muy tímidas y no hablamos. Pero con los talleres y la ayuda de la Asociación Cívica Minka nos hacemos más fuertes”.

Gracias a los pagos de REDD+ basados ​​en resultados provenientes del GCF, Colonia Alegría ahora es parte de una red de comunidades en toda Argentina que están reduciendo la deforestación y restaurando bosques nativos. Beneficiará a más de 31.000 personas y se gestionarán de forma sostenible más de 4,5 millones de hectáreas de bosques. Con cada árbol que plantan, contribuyen a la reducción mensurable de las emisiones de carbono, lo que demuestra que las iniciativas locales pueden tener un impacto real en los objetivos climáticos globales. Actualmente, Colonia Alegría es una de las varias comunidades que avanzan hacia un futuro sustentable en el que los árboles son protagonistas.

“Esto es sólo el comienzo”, dice Serena Fortuna, Oficial Forestal Superior de la FAO. “Se están lanzando en toda Argentina actividades similares basadas en estrategias más amplias de manejo forestal”.

En Misiones, los árboles son jóvenes, pero sus raíces están profundamente arraigadas en la tierra y en una nueva generación de mujeres que ayudan a que los bosques perduren y las comunidades crezcan.

La historia y las fotografías relacionadas se pueden encontrar en: https://www.fao.org/newsroom/historia/las-mujeres-replantar-futuro/s argentinos.