El estallido fue observado el 14 de marzo por el telescopio espacial franco-chino SVOM, lanzado el año pasado con el objetivo de detectar estos estallidos de rayos gammalas explosiones más poderosas del cosmos.
“Esto es extremadamente raro, ya que se trata del quinto estallido de rayos gamma más distante jamás detectado” y el más preciso en términos “de las mediciones que hemos realizado”, afirmó Bertrand Cordier, director científico del proyecto SVOM en la Comisión de Energía Energía Atómica y Alternativa de Francia (CEA), en declaraciones a la AFP.
La señal fue enviada “en un momento en que el universo era muy joven”, apenas 700 millones de años. “Los fotones que penetraron en nuestros instrumentos viajaron durante 13 mil millones de años”, afirmó el astrofísico, que participó en dos estudios sobre este fenómeno publicados el martes en Astronomy & Astrophysics.
Este es el momento “de la primera generación de estrellas“, formadas después del Big Bang a partir de una “materia primitiva compuesta principalmente de helio y especialmente de hidrógeno”. Estas estrellas produjeron los primeros elementos pesados (hierro, carbono, oxígeno…) y desempeñaron un papel fundamental en la evolución del universo.
Los estallidos de rayos gamma suelen producirse tras la explosión de supernovas (estrellas al menos 20 veces más masivas que la Tierra). Sol) o la fusión de estrellas de neutrones.
“Se trata de los fenómenos más energéticos del universo”, explica Cordier.
Al estudiar estos estallidos, podemos avanzar en cuestiones de “física fundamental” y tratar de comprender cómo se produce tal despliegue de energía.
En los estallidos de rayos gamma, “la materia se acelera a velocidades cercanas a la de la luz”, añade.
“Realmente se necesita un destello de esta intensidad para poder medir las condiciones físicas del universo en edades muy remotas”. “Es la única manera de hacerlo directamente”, insiste el investigador.