
Merz, del partido conservador, es elegido como canciller en una segunda votación en el Bundestag.
Berlín, 6 de mayo (DPA) . Hoy, Friedrich Merz, el líder de la Unión Democrática Cristiana (CDU), logró ser nombrado canciller de Alemania al obtener una mayoría absoluta en el Bundestag, la Cámara de Representantes del Parlamento alemán. Este logro se produjo tras un primer intento que resultó infructuoso, donde no pudo reunir los votos necesarios para su elección.
En su respuesta a Julia Klöckner, presidenta del Bundestag, Merz expresó: “Le agradezco su confianza y acepta la elección”, lo cual marcó un momento crucial en su carrera política. En esta segunda oportunidad, el político conservador logró captar 325 de los 630 votos disponibles en la votación. Cabe destacar que en su primer intento había quedado a tan solo seis votos de alcanzar la mayoría requerida, que es de 316.
Este revés inicial fue un golpe considerable para Merz, quien lidera una coalición compuesta por la Alianza Conservadora CDU/CSU y los socialdemócratas del SPD. Esa coalición cuenta con una mayoría total de 328 escaños en el Bundestag, lo que resalta la irregularidad de la situación.
Después de su éxito en la segunda votación, Merz prestó juramento oficialmente ante el presidente federal Frank-Walter Steinmeier en el Palacio Bellevue en Berlín, una ceremonia similar a la que vivió el ex-canciller Olaf Scholz, lo que lo convierte en el décimo canciller de Alemania.
El día comenzó con la primera votación en el Parlamento, donde la sorpresa fue palpable ante el rechazo inicial de Merz. La conmoción fue evidente entre los líderes políticos presentes, y muchos de ellos optaron por abandonar la sala sin realizar comentarios sobre el inesperado desenlace.
Este giro inesperado ocurría poco más de dos meses después de que el bloque CDU/CSU de Merz obtuviera una victoria en las elecciones parlamentarias de febrero, resultados que fueron el resultado del colapso de la coalición tripartita que incluía a los socialdemócratas, los verdes y los liberales, liderada por Scholz.
Luego de estas elecciones, tras semanas de arduas negociaciones, los conservadores de la CDU/CSU y el SPD lograron firmar un acuerdo de coalición, que fue aprobado por todos los partidos involucrados y formalizado en Berlín. Este acuerdo allanó el camino para lo que se esperaba fuese el ascenso decisivo de Merz en la política alemana.
Sin embargo, lo ocurrido en la Cámara Baja del Parlamento puede tener un impacto significativo en la estabilidad política de Merz, tanto dentro como fuera de Alemania. Esto podría complicar sus esfuerzos por rehabilitar una economía alemana que ha enfrentado numerosos desafíos y por restaurar el liderazgo de Berlín en el contexto europeo.
El inesperado fracaso también resalta los cimientos inestables de su poder político, ya que su coalición posee únicamente una ligera mayoría parlamentaria, compuesta por menos del 45% de los votos en las recientes elecciones de febrero.
Además, cabe mencionar que Merz tuvo que solicitar apoyo de fracciones del partido verde y de la izquierda para llevar a cabo este segundo intento de votación, pues necesitaba la mayoría de los dos tercios de los votos en el Bundestag. De no haber conseguido el respaldo de otras facciones, la segunda votación podría haberse realizado tan pronto como el viernes.
La situación caótica del parlamento podría beneficiar a la Alternativa para Alemania (AFD), un partido que ha ganado fuerza y popularidad gracias a la descontento por la inmigración y la precaria situación económica del país. Este partido, que recientemente fue etiquetado como ‘extrema derecha’ por los Servicios Nacionales de Inteligencia, ha visto un aumento en las encuestas, colocando a sus candidatos incluso por delante del bloque conservador de Merz.
Aún queda por verse si el inestable inicio del mandato de Merz afectará su credibilidad y confianza ante los votantes, especialmente considerando que ha pasado décadas en la política sin ocupar un cargo gubernamental de semejante relevancia.
Esta incertidumbre se presenta en un contexto donde Alemania enfrenta desafíos urgentes, desde una economía debilitada hasta la presión de las tarifas estadounidenses y la situación bélica en Ucrania que continúa evolucionando.