
Permitir que los pensionados sigan trabajando – La nación


En septiembre de 2023, Europa dirigió su atención colectiva a Alemania. Normalmente, una de las economías más estables de la Eurozona estaba alarmada: el aumento de la esperanza de vida ante un escenario demográfico de pirámide invertida y un contexto inflacionario dejaban perspectivas muy poco halagüeñas para quienes estaban a punto de jubilarse. De hecho, el sistema provocó que los pensionados regresaran a buscar trabajo para complementar sus pensiones.
Dos años después, las cosas no han mejorado, por lo que el gobierno las normalizó.
Un cambio estructural. El Gobierno de Friedrich Merz ha puesto sobre la mesa una propuesta clara y pragmática: permitir a los pensionistas que decide seguir trabajando Gana hasta 2.000 euros al mes libres de impuestos, una medida (la llamada “provisión de pensiones activas”) que pretende contrarrestar la creciente escasez de mano de obra en la mayor economía de Europa.
La iniciativa forma parte del paquete de reformas que ha vendido el ejecutivo su “otoño de reformas” y según el proyecto de ley de Manos del Financial Timesentra en vigor el 1 de enero. La coalición con los socialdemócratas prepara su adopción con el argumento de conservar la experiencia y el conocimiento en las empresas y aumentar la tasa de empleo en un país que se enfrenta a una de las convulsiones demográficas más graves del continente.
Qué se ofrece y qué se mantiene. La medida conduce a una exención fiscal hasta 2.000 euros al mes de ingresos adicionales para los pensionistas, pero las cotizaciones no se suprimirán: los empleados y los empleadores seguirán pagando cotizaciones sociales sobre estos salarios, que (según el poder ejecutivo) ayudará a reforzar la financiación de la asistencia sanitaria y de las pensiones, al tiempo que mejorará la liquidez de las empresas que atienden a personas mayores.
Los beneficios preexistentes para quienes deciden jubilarse anticipadamente (edad de jubilación). todavía tiene 67 añoscon incentivos para jubilarse a los 63 años). Más bien, el cambio pretende crear un incentivo fiscal para que quienes puedan y quieran prolongar su vida laboral lo hagan.
Costes públicos y previsiones. El propio gobierno cree que renunciar a impuestos por este estímulo tendrá un coste alrededor de 890 millones euros al año desde su entrada en vigor, una cifra que algunos institutos consideran optimista: el IW Institute espera mayores costes anuales casi 1.400 millones y sitúa el rango potencial de beneficiarios en unas 340.000 personas.
Sin embargo, economistas como Holger Schmieding advierten sobre los efectos netos podría ser positivo en dos o tres años, cuando el aumento de la actividad económica y de las cotizaciones compense la pérdida fiscal inicial, además del posible “efecto psicológico” de que la sociedad valore la aportación de las personas mayores.
Lecciones internacionales. El gobierno busca, entre otras cosas otros ejemplosa Grecia: cuando Atenas permitió a los pensionistas mantener su pensión completa y además se les gravaba a una tasa reducida (10%) sobre sus ingresos laborales, el número de trabajadores jubilados aumentó de 35.000 en 2023 a más de 250.000 en septiembre del año siguiente, un aumento que ilustra el poder de los incentivos fiscales para movilizar la oferta laboral entre los grupos de mayor edad.
Esta experiencia se utiliza en Berlín como señal de que la política puede trabajaraunque el alcance, las estructuras laborales y las culturas laborales son diferentes.
Consecuencias en el mercado laboral. El gesto pretende abordar varios síntomas estructurales: Alemania tiene ahora uno de los promedios de jornada laboral más cortos de la OCDE y un aumento significativo del trabajo a tiempo parcial (que ya alcanza el 30% de la fuerza laboral, más del doble que a principios de los años 1990). La directiva tiene como objetivo aumentar las horas de trabajo efectivas y retener el capital humano que de otro modo las empresas perderían.
Mantenga informados a los empleados sénior puede ayudar Reducir los cuellos de botella B. en industrias con falta de cualificación y facilitan la transferencia de conocimientos, pero también representan el desafío de adaptar los puestos, la ergonomía y las pautas internas a una fuerza laboral de mayor edad.
Riesgos políticos y económicos. El principal riesgo es doble: Por un lado, la medida puede perjudicar a los jóvenes y a los trabajadores en las primeras etapas de su carrera si las empresas optan por conservar puestos con salarios más baratos y trabajadores más experimentados.
Por otro lado, con un número elevado de miembros, la estimación presupuestaria del Ejecutivo podría no cumplir con las expectativas y ejercer presión sobre las finanzas públicas, mientras que los costos de los sistemas sociales ya están pesando sobre el presupuesto. Aparte de eso, recordó el Times que hay una dimensión de justicia y narrativa pública: alentar a las personas a trabajar más tiempo es políticamente sensible cuando hay sectores con empleo precario o salarios estancados.
Pragmatismo con dudas. En última instancia, el plan debe ser posible. 2.000 euros libres de impuestos para los jubilados que trabajan es esencialmente una respuesta pragmática y tecnocrática a un shock demográfico y la escasez de trabajadores calificados: apunta a monetizar experiencias, apoyar contribuciones y construir fortaleza económica sin recurrir exclusivamente a la inmigración masiva o aumentos abruptos de la jornada laboral.
Aún, Tu éxito dependerá de ello. la magnitud de la adhesión, su vínculo con otras políticas laborales (formación, arbitraje, redistribución del empleo a tiempo parcial) y la honestidad de las previsiones presupuestarias: si la respuesta es elevada, los costes podrían acercarse a las cifras más pesimistas, y si la respuesta es moderada, la iniciativa puede convertirse en un respetable ejercicio de adaptación institucional, contribuyendo a prolongar la vida activa de muchos y a mitigar parcialmente el envejecimiento. Un escenario desconocido en el que Japón también piensa.
Imagen | Pexels, Dominio público
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