
¿Por qué consumimos espagueti?
La física de las cosas pequeñas es una expresión que indudablemente nos trae a la mente conceptos relacionados con átomos, subátomos y, en general, el fascinante campo de la física cuántica. Sin embargo, es crucial reconocer que este fascinante ámbito de estudio también puede relacionarse con nuestra vida cotidiana, siendo este uno de los principales objetivos de la ciencia. Así que, en este sentido, podríamos decir que los platos de espagueti obtienen un puntaje muy alto en este análisis.
Recientemente, la cadena británica BBC publicó un interesante artículo que revisa cómo este popular plato de pasta ha sido objeto de diversas investigaciones científicas. Desde la creación de espagueti ultrafinos hasta su sorprendente capacidad viscoelástica, pasando por el intrigante “problema de Feynman del espagueti” y sin olvidar la ciencia detrás de sus salsas, la lista de estudios es extensa y reveladora.
A pesar de todos estos análisis, hay un interrogante que ha captado la atención de muchos: ¿por qué es tan complicado teñir espagueti sin que se coloree?
Hace poco más de 75 años, un matemático de la Universidad de Brown, George F. Carrier, se propuso responder esta problemática. En un artículo publicado en 1949 en la revista El Mensual Matemático Americano, Carrier abordó en profundidad este fenómeno, titulado “El problema de los espagueti.”
Carrier identificó dos problemas cruciales en relación con las vibraciones laterales de cuerdas que, a su juicio, merecedoría un considerable interés tanto popular como académico. En particular, mencionó un desafío en la descripción del movimiento de una cuerda en una longitud finita que atraviesa un agujero verticalmente, lo que se relacionaba directamente con su artículo académico.
El segundo problema mencionado se centra en la vibración de las cuerdas de guitarra, otro aspecto fascinante del estudio de vibraciones. En su análisis del “problema de los espagueti,” Carrier formuló ecuaciones que describen el movimiento de estas cuerdas, aplicando así las variantes definidas por el espagueti. Esta cuestión es crucial ya que si una pasta se sumerge adecuadamente en salsa, esta se distribuirá de manera uniforme, lo que incluye, por supuesto, la experiencia del restaurante y, posiblemente, la de otros comensales.
La otra ciencia de la comida
A menudo nos enseñan desde pequeños a no jugar con la comida, pero no son raros los casos en que científicos exploran disciplinas muy diversas, haciendo experimentos con una seriedad que podría parecer trivial o incluso cómica. Desde la manzana que se convirtió en el inesperado símbolo de la gravedad hasta curiosidades gourmet como los alimentos extraños que los científicos deciden probar, la historia de la ciencia está plagada de ejemplos que ilustran este intrigante amor por la gastronomía.
Un ejemplo de este fenómeno se produjo cuando un microbiólogo descubrió que una sopa olvidada en el refrigerador había adquirido un color azul. La curiosidad sobre el organismo responsable de tal color llevó a una colaboración entre varios laboratorios, un rompecabezas científico que abarcó diversas áreas geográficas con el objetivo de esclarecer el misterio.
Un análisis exacto de estos experimentos rocambolescos ha dado lugar a la creación de un premio especial, conocido como el Nobel IG, que premia la ciencia absurda y divertida cada año. Este reconocimiento se otorga a aquellos trabajos que logran hacer reír al público y, al mismo tiempo, provocar una reflexión más profunda, una iniciativa promovida por la revista Investigación Annal improbable.
El Premio de Salud Pública de 2004 es un perfecto ejemplo de esto, donde se analizó la famosa “regla de los cinco segundos,” que investiga si el tiempo que un alimento pasa en el suelo afecta su salubridad.
Diez años más tarde, un programa de seguridad alimentaria IRTA fue galardonado por un estudio innovador que examinó si algunos bebés podrían servir como un cultivo para obtener probióticos. Uno de los últimos ejemplos de este tipo de investigaciones se remonta a 2023, donde un estudio que recibió un premio destacaba esfuerzos para mejorar el sabor de la comida a través del uso de amortiguadores eléctricos ligeros.
En resumen, la ciencia no solo se ocupa de resolver grandes interrogantes; también tiene un papel fundamental en abordar cuestiones más pequeñas y cotidianas.
En Xataka | Nos encontramos con “espagueti” en Marte. Lo más probable es que sea solo un recordatorio adicional de la cantidad de desechos que generamos.
Imagen | Fotos de Myriam