August 1, 2025
Puntos clave del derecho en discusión en Francia.
El Mundo

Puntos clave del derecho en discusión en Francia.

Por Romain Brunet

El Proyecto de Ley de Muerte, después de haber sido adoptado por una comisión parlamentaria, está programado para llegar a la Asamblea Nacional el próximo lunes. Francia 24 se toma el tiempo de analizar los puntos de desacuerdo más cruciales en torno a este texto, que han generado tanto apoyo como críticas fervientes entre sus seguidores y opositores.

Tras un proceso complejo y lleno de distintas posturas, los textos relativos a las situaciones al final de la vida se han consolidado en un único proyecto de ley. Esta unificación se llevó a cabo durante la revisión en 2024 antes de la eventual disolución de la Asamblea Nacional. El proyecto se presentará en la cámara baja el próximo lunes 12 de mayo, teniendo como base una escisión en dos textos: el primero sobre cuidados paliativos y el segundo que aborda la temática de la muerte asistida.

Los debates en torno a este proyecto de ley se extenderán por dos semanas, agotando una discusión general y con dos sesiones de votación programadas para el 29 de mayo. Este proyecto, que ha sido etiquetado como ‘Olivier Falorni (módem) sobre la muerte asistida’, fue aprobado por 28 delegados frente a 15 en la comisión el 2 de mayo.

La mayoría de los representantes de los grupos de izquierda y macronistas brindan su apoyo a la propuesta, mientras que se enfrenta a una fuerte oposición por parte de los grupos de extrema derecha, como el Grupo Nacional, así como del partido de derecha Los Republicanos. La medida en cuestión permite que los pacientes que padezcan una “enfermedad grave e incurable”, que sean potencialmente mortales, y que se encuentren en una fase avanzada o terminal, puedan recibir o autoadministrarse una sustancia mortal, si su sufrimiento es intolerable.

Francia 24 se dedica a resaltar los elementos más significativos del debate, proporcionando voz a la Asociación para el Derecho a Morir con Dignidad (ADMD), que apoya el texto, y a la Asociación Alliance Vita, que se opone firmemente a su contenido.

“Muerte asistida”, “eutanasia” o “suicidio asistido”?

A pesar de que la Asociación para el Derecho a Morir con Dignidad (ADMD) y la Asociación Alliance Vita presentan posturas radicalmente opuestas en torno al proyecto de ley, ambas comparten una clara desaprobación hacia la terminología utilizada. “Es esencial ser precisos con el lenguaje en situaciones como estas”, establece Tugdual Derville, delegado general de Alliance Vita. “El uso de ‘muerte asistida’ es engañoso; debe utilizarse la terminología correcta que permita a la gente entender la distinción entre suicidio asistido y eutanasia”.

Desde la perspectiva de la ADMD, es fundamental que el vocabulario sea claro y exacto. Philip Lohea señala que “es sorprendente que el proyecto de ley no incluya estos términos, siendo que otros países que han legalizado la eutanasia y el suicidio asistido los utilizan de manera correcta”. En términos simples, la eutanasia activa es cuando un médico toma acción directa para acelerar la muerte del paciente a su solicitud, mientras que el suicidio asistido implica que el médico proporciona los medios, pero el paciente debe administrarlos por sí mismo.

¿Restringir o ampliar el acceso?

El proyecto de ley de muerte asistida define cinco criterios acumulativos para determinar la elegibilidad de los pacientes: deben ser mayores de 18 años, ser franceses o residentes en Francia, padecer una “enfermedad grave e incurable” que amenace la vida en una fase avanzada o terminal, y estar experimentando un sufrimiento físico o psicológico que sea resistente al tratamiento. Además, deben poder expresar su voluntad de elegir esta opción de manera libre e informada.

Sin embargo, la ADMD plantea críticas sobre la restricción que supone este último criterio, argumentando que excluye a aquellos que sufren de enfermedades psiquiátricas o neurodegenerativas, como el Alzheimer. Philippe Loheac se preocupa por la naturaleza restrictiva del texto, comparándolo con otros marcos europeos que tienen condiciones más holgadas. En contraste, Tugdual Derville ve el proyecto de ley como uno que facilita el acceso a la muerte asistida, acusando la falta de garantías que prevengan abusos o decisiones precipitadas.

Pronóstico vital vs calidad de vida restante

El texto que fue votado en comisión menciona la necesidad de una “enfermedad grave e incurable” que amenace la vida en fase avanzada o terminal. Sin embargo, la ambigüedad respecto a lo que constituye un “pronóstico vital” ha generado preocupación. La Autoridad de Alta Salud (HAS) ha indicado que resulta “imposible” establecer criterios claros en ausencia de consenso médico. Sugirieron que deberían considerarse factores como la calidad de vida restante en lugar de simplemente la expectativa de vida.

En este sentido, Tugdual Derville admite que no es posible hacer predicciones fiables pero critica que el texto no contemple directrices objetivas para evaluar la calidad de vida de un paciente. Philippe Loheac, por su parte, sostiene que solo el paciente puede decidir si su vida merece ser vivida, destacando que cada individuo tiene una resistencia única a la enfermedad.

¿Decisión individual o colectiva?

Un tema que genera controversia, incluso dentro del propio gobierno, es cómo debe tomarse la decisión sobre el acceso a la muerte asistida. En la propuesta actual, es el médico quien tiene la potestad de decidir si el paciente es elegible, tras consultar a otro médico y cuidador en un plazo de 15 días. La ADMD aboga por la reducción de este período y defiende que la decisión debe pertenecer exclusivamente al paciente. “Es su vida y su sufrimiento”, enfatiza Loheac.

Contrariamente, Derville argumenta que el período de 15 días es demasiado corto y que es necesaria una reflexión más profunda en la decisión sobre la elegibilidad del paciente. Según él, puede haber una lista de médicos que están predispuestos a tomar decisiones a favor de la eutanasia de forma previa a la consulta. Además, se destaca que, según el artículo 14 del proyecto de ley, los profesionales de salud que estén motivados para reportar la implementación de la muerte asistida no estarán claramente definidos.

Con la actual configuración de la Asamblea Nacional, se espera que los delegados aprueben el proyecto de ley, aunque el proceso legislativo podría dilatarse durante meses si no se aplica un procedimiento acelerado. Posteriormente, el texto deberá ser revisado por el Senado, el cual posee una postura que es considerablemente menos favorable hacia la muerte asistida.

Este artículo ha sido adaptado de un original en Francés.