
Rodrigo Chaves se dirigió a la Reforma para seleccionar una celda. Pregúntale a Antonio Ortega.
El presidente de la República, Rodrigo Chaves, se dirigió a la prisión de La Reforma con un propósito bastante claro: elegir una celda. Este evento ha generado una serie de reacciones y cuestionamientos desde diversos sectores. Para obtener una valoración más precisa sobre la situación, se sugiere consultar a Antonio Ortega, un destacado diputado del Frente Amplio en Costa Rica, quien ha compartido sus impresiones sobre la visita del presidente.
El 4 de mayo, en San José, Ortega expresó su descontento respecto a la visita del presidente Chaves a la prisión. En su crítica, no escatimó esfuerzos y señaló: “¿Chaves hoy en la Reforma fue un espectáculo desesperado o eligió una celda?”. Su cuestionamiento refleja una fuerte indignación que resuena en las voces de quienes consideran que la visita fue más un acto político que una medida para abordar los problemas del sistema penitenciario del país.
Durante su estancia en La Reforma, Chaves no solo se enfrentó a un ambiente tenso, sino que además fue objeto de improperios por parte de la población carcelaria. Los prisioneros lo recibieron con gritos y frases ofensivas, lanzando insultos mientras él recorría los pasillos de la prisión. Esta situación plantea serias dudas acerca de la efectividad de su visita y la verdadera intención detrás de ella.
Es importante señalar que el 23 de abril se anunciaron nuevas medidas que afectan a los prisioneros y sus familias. Una de las más controversiales fue la reducción de las visitas íntimas a una cada dos meses, lo que implica que los visitantes deben demostrar que son parientes directos del prisionero. Anteriormente, se permitían visitas íntimas cada 15 días, lo que sin duda representaba una forma de mantener el vínculo familiar en situaciones adversas.
Asimismo, las visitas familiares también han experimentado recortes significativos; ahora se limitan a una vez al mes, en lugar de la frecuencia de una vez por semana que se tenía anteriormente. Estos cambios han generado un gran descontento entre los familiares de los internos, quienes argumentan que las nuevas regulaciones afectan directamente la salud psicológica y emocional de los prisioneros.
Por otro lado, en un intento por controlar el ingreso de objetos prohibidos, se han impuesto limitaciones severas. El uso del teléfono público se ha limitado a solo 10 minutos por semana, una reducción drástica en comparación con la política anterior, que permitía el uso gratuito de estos dispositivos. Además, la entrega de artículos esenciales ahora se restringe a uno por mes. Esta medida responde a la preocupación del Ministerio de Justicia y Paz respecto a que las políticas anteriores de paquetes diarios facilitaron la entrada de medicamentos y teléfonos celulares a las cárceles, lo cual complicaba la seguridad dentro de estos centros de reclusión.
Estas noticias han despertado un gran debate en la sociedad costarricense sobre la efectividad del sistema penitenciario y las políticas del gobierno en este ámbito. La controversia en torno a la visita de Chaves y su impacto en las condiciones de vida dentro de la prisión continúa siendo un tema pertinente y delicado que merece atención y discusión.
Yamileth Angulo
El mundo CR