July 26, 2025
Un “electroestático” que sigue utilizando carbón como fuente de energía.
Tecnología

Un “electroestático” que sigue utilizando carbón como fuente de energía.

Para comprender a fondo la compleja y rica historia de China, es vital adentrarse en sus profundas raíces filosóficas. A lo largo de los siglos, una constante que ha influido en su desarrollo es la mentalidad de planificar el futuro con una visión a largo plazo, abarcando décadas de anticipación. Esta ideología se encuentra íntimamente ligada al confucionismo, que enfatiza el deber colectivo, la estabilidad social y los sacrificios hechos en pos de un futuro más sólido y cohesivo. No obstante, es importante señalar que las enseñanzas de Confucio no abordan directamente las estrategias políticas o económicas que se implementan en la actualidad. Sin embargo, la perspectiva de una planificación minuciosa se mantiene presente en la política energética moderna del país.

Un “electrostat”. En el contexto actual, se estima que aproximadamente el 10% del PIB chino proviene de la energía limpia, dado el notable crecimiento de tecnologías como los vehículos eléctricos, baterías, turbinas eólicas y paneles solares. Según reportes de Financial Times, el objetivo no se limita a la modernización de la infraestructura energética del país. Se busca crear un “electrostat”, lo que implica que la economía del país funcione casi totalmente con electricidad proveniente de fuentes de baja emisión de carbono.

Todo según el plan. La transición hacia un modelo económico basado predominantemente en la electricidad no es un fenómeno accidental. Es un proceso meticulosamente diseñado, fruto de una combinación de planificación estatal, masivas inversiones y avances tecnológicos significativos. Esta transformación comenzó hace más de una década, específicamente dos años después de que Xi Jinping asumiera el liderazgo, momento en el cual se “revolucionó” el sistema energético chino. Desde entonces, se han realizado inversiones estratégicas que se espera que se incrementen en otros $800,000 millones en los próximos cinco años para consolidar la infraestructura eléctrica. Estos recursos están destinados, en gran medida, a las líneas de voltaje ultra alto, que ya transportan un 40% de la energía solar y eólica del país.

La expansión de las energías renovables. La planificación efectiva también ha impulsado la expansión de las energías renovables, donde China se destaca en la implementación de megaprojectos de energía solar y eólica. A medida que la capacidad renovable crece, se vuelve esencial contar con sistemas de almacenamiento eficientes. Las baterías han adquirido un papel crucial para garantizar la estabilidad de la red eléctrica y para gestionar la intermitencia inherente a la energía solar y eólica. Sin embargo, el país aún enfrenta el desafío de alcanzar una capacidad de 500 GW en almacenamiento necesaria para optimizar plenamente su red de energía renovable. Tal como se detalla en Financial Times, las dos empresas más grandes de China, CATL y BYD, han destinado el 5% de sus ingresos a investigación y desarrollo, lo que ha facilitado una drástica disminución en los costos de almacenamiento energético.

Un elefante en una habitación. A pesar de todos los avances en energía limpia, China sigue realizando inversiones significativas en combustibles fósiles. En efecto, continúa la expansión de nuevas centrales eléctricas de carbón, una situación que representa el 80% de la construcción de sistemas eléctricos a nivel global. Esta aparente contradicción ha suscitado críticas a nivel internacional, sobre todo debido a la preocupación de que tales acciones aumenten las emisiones globales, mientras el país se presenta como el líder en el suministro de energía limpia.

Desde el inicio de la guerra comercial con Estados Unidos, se han puesto de manifiesto las vulnerabilidades en las cadenas de suministro globales, lo que llevó a China a revelar sus planes para asegurar el control sobre sus propias reservas de carbón y petróleo como parte de una infraestructura energética esencial. No obstante, no ha detenido sus proyectos, ya que busca fortalecer su influencia geopolítica mientras minimiza los riesgos internos.

La estrategia dual. China sigue invirtiendo en energías renovables para asegurar la electrificación a largo plazo, al mismo tiempo que se aferra a los combustibles fósiles para evitar interrupciones en el corto plazo. Esta dualidad ha atraído críticas internacionales, acusando a Pekín de inundar el mercado con tecnologías limpias subsidiadas y de incumplir sus obligaciones climáticas, como recoge Financial Times.

Un futuro planificado. Mientras que el resto del planeta busca métodos para reducir las emisiones y garantizar un suministro energético estable, China ha decidido no optar por una única solución. En cambio, ha elegido un enfoque dual. Al observar su rico legado filosófico, se puede ver que este enfoque refleja el taoísmo, que enseña que las contradicciones no solo pueden coexistir, sino que también son necesarias. Energía renovable y combustibles fósiles. Yin y Yang. En este tablero energético, China juega sus cartas a favor de ambas opciones.

Imagen | Keenone Y Palacio do Planalto, CC BY-SA 4.0

Xataka | China está inmersa en una revolución nuclear y necesita uranios industriales. Su solución: “peces” en el mar.