May 12, 2025
Una habitación secreta en Perú ocultó varios tubos. Ahora sabemos que las élites ejercían el poder con alucinógenos hace 2,000 años.
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Una habitación secreta en Perú ocultó varios tubos. Ahora sabemos que las élites ejercían el poder con alucinógenos hace 2,000 años.

Mucho antes de que el Imperio Inca dominara los Andes, la civilización de Chavín, que estuvo activa entre 900 y 650 a. C., ya había establecido una intrincada red cultural, que abarcaba desde técnicas agrícolas hasta diversas formas de arquitectura y arte. Uno de los centros más emblemáticos de esta civilización fue Chavín de Huántar, un monumento ceremonial de piedra ubicado a 430 kilómetros al norte de Lima. Este sitio es famoso por su arquitectura peculiar, sus símbolos enigmáticos y una acústica misteriosa, la cual ha fascinado a arqueólogos durante más de un siglo a través de sus distintas exploraciones y estudios.

Esta continua intriga ha dejado espacio para descubrimientos fascinantes que revelan mucho sobre la complejidad social y religiosa de los Chavín.

Rituales visionarios. Recientemente, un estudio ha proporcionado información nueva; excavaciones y análisis químicos detallados han mostrado que un aspecto esencial de su sistema de jerarquías sociales estaba fundamentado en rituales transformadores. Estos rituales involucraban poderosas sustancias alucinógenas como la Vilca, que es una fuente natural de DMT, así como tabaco salvaje.

Interesante es que estos rituales estaban confinados a pequeños espacios privados dentro del complejo ceremonial, no estaban destinados al acceso colectivo y solo eran permisibles para individuos seleccionados, posiblemente sacerdotes o élites espirituales. Esta exclusividad reforzaba el poder simbólico y el orden social establecido de la comunidad.

Psicoactivo y arquitectura. Como han señalado los arqueólogos, el análisis de las tuberías de huesos tallados en diversas cámaras secretas indica que se utilizaban para inhalar sustancias. Este descubrimiento proporciona evidencia directa del uso ritual de estos compuestos psicodélicos. A diferencia de las prácticas comunitarias comunes observadas en otras culturas amazónicas, los rituales de Chavín eran íntimos y estaban rodeados por un aura de secreto. Este enfoque probablemente tenía la intención de consolidar la autoridad de individuos espiritualmente determinados en una estructura de poder vertical.

Los investigadores sugieren que la arquitectura del templo misma fue diseñada con el objetivo de intensificar la experiencia: las trompetas y las habitaciones acústicas estaban destinadas a amplificar el sonido, contribuyendo a la creación de estados de conciencia alterados. Aunque pueden parecer acontecimientos místicos, estas ceremonias fueron, según los científicos, instrumentos ideológicos que fomentaban la cohesión social, inspirando a los residentes a colaborar voluntariamente en la construcción de templos y monumentos, sin que se requeriese la coerción física.

Un sistema de violencia evitada. Uno de los hallazgos más intrigantes de este estudio es la notable ausencia de coerción directa en la organización Chavín. La efectividad de estos rituales en la legitimación de jerarquías parece haber superado la necesidad de represión sistemática o guerra organizada.

Sin embargo, este delicado equilibrio ideológico no perduró. Hacia 500–400 a. C., los indicios arqueológicos sugieren un periodo prolongado de violencia interna, lo que probablemente marcó la transición de un orden teocrático hacia formas organizativas más seculares. Este cambio habría socavado los fundamentos simbólicos de la autoridad religiosa, llevando a un colapso gradual de la estructura social que Chavín había mantenido durante siglos.

Religión y desigualdad. Finalmente, el caso de Chavín ofrece una perspectiva única sobre cómo la desigualdad puede ser forjada no solo a través de la violencia o la economía, sino también a través de profundas creencias institucionalizadas. A través de su trabajo, los arqueólogos explican que la experiencia sobrenatural inducida por los alucinógenos logró naturalizar las jerarquías y justificar así la concentración del poder en ciertas élites.

A pesar de todo, el legado de Chavín sigue siendo significativo, funcionando como un puente entre culturas igualitarias y las complejas estructuras imperiales que surgirían siglos más tarde, proporcionando así claves sobre cómo se articularon las creencias, la arquitectura, las sustancias psicoactivas y el poder en la rica y profunda historia de los Andes.

Imagen | Daniel Contreras

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