¿Cuánto cree la ciencia que aumentará realmente nuestra esperanza de vida? – La nación

La sociedad está cada vez más obsesionada con vivir más y tener una estética que se adapte a una edad más temprana. De momento hay muchos proyectos realmente elocuentes para conseguir la inmortalidad virtual, pero nos preguntamos si nuestros cuerpos lo han hecho una especie de límite que no se puede cruzar. La ciencia está tratando de aclarar esto.
Hoy en día, las personas que viven más de cien años son algo extraordinario, e incluso vemos sus cien años de edad. aparecer en las paginas del periodico o en programas de televisión locales. Pero la pregunta en este caso es si la nueva normalidad podrá sobrevivir más de un siglo como algo normal y, sobre todo, en buenas condiciones. Pero la verdad es que estamos lejos de lograrlo.
Dos conceptos. Lo primero que hay que entender aquí es la diferencia que existe entre el esperanza de vida promedio Y longevidad máxima. El primero ha aumentado espectacularmente durante el último siglo gracias a las vacunas, la higiene, los medicamentos y un mejor acceso a la atención sanitaria (aunque esto llega con sus problemas a una población de mayor edad).
Pero cuando hablamos de longevidad máxima, no podemos decir eso porque este límite es mucho más difícil de superar. La pregunta apremiante en este caso es clara: ¿Dónde está nuestro límite que no podemos cruzar?
Menos de lo esperado. Actualmente existe evidencia científica sólida de que los humanos tenemos un límite biológico de “fábrica”. Diversos estudios, como los publicados en Naturaleza, ellos colocaron el límite humano natural es de unos 115 años. Aunque hay revisiones más recientes y optimistas basadas en modelos estadísticos del “Supercentenarios” (personas mayores de 110 años), amplía este rango hasta los 125 años.
Por tanto, no estamos ante un escenario de inmortalidad, sino que la curva de edad comienza a estabilizarse en un determinado momento. Y eso es claramente un freno que la propia biología nos impone, porque nuestro cuerpo tiene un límite muy claro a su función.
Priorizar el bienestar. Llegar a los 120 años pero con muy mala salud, con muchas enfermedades o sin poder moverse no es nada atractivo. Por lo tanto Previsiones demográficas para Europa Suponen que la esperanza de vida estará entre 87 y 93 años en 2065.
Esto no suena a ciencia ficción y precisamente por eso es relevante. No se trata de saltos cuánticos mediante terapias genéticas no probadas, sino de la acumulación de mejoras médicas y sociales. El objetivo de la medicina moderna de la longevidad no es vivir 150 años conectado a una máquina, sino prolongar la vida útil.Esperanza de vida“, es decir, la época de la vida sana.
Ya conocemos el “secreto”. Mientras esperamos que los medicamentos reviertan la edad, la ciencia nos dice que ya tenemos la “tecnología” para maximizar nuestras vidas, y que se ha utilizado como estándar durante décadas en las llamadas “Zonas Azules” de Okinawa. Y es precisamente en esta zona donde la gente puede vivir fácilmente hasta los 100 años sin mayores problemas, y la pregunta era obligada: ¿por qué aquí?
Hemos encontrado la respuesta. en estudios realizados en esta áreaSe reconoce que los factores que influyen en llegar a los 100 años nada tienen que ver con transfusiones de plasma joven, purificación de sangre o terapias super costosas que prometen resultados milagrosos. Entre los siguientes hábitos podemos encontrar:
- Restricción natural de calorías: consume entre un 10% y un 15% menos de calorías que el adulto occidental promedio. Y ya sabemos que esto influye principalmente en la Desarrollo del estrés oxidativo. Este es un gran “veneno” para nuestro cuerpo.
- La buena dieta de hidratos de carbono: Su alimentación se basa en verduras y hidratos de carbono complejos como el boniato, con una proporción muy baja de proteína animal.
- Biomarcadores juveniles: la combinación de dieta y actividad fisica constante conduce a una menor incidencia de enfermedades crónicas.
- Menos estrés: otro veneno importante para el organismo ya que interviene en los niveles de cortisol. En Okinawa, la cohesión comunitaria actúa como amortiguador del estrés.
La importancia de los hábitos. Por tanto, el horizonte científico para el próximo siglo no promete la inmortalidad. Es probable que sigamos viendo un goteo de registros individuales y casos genéticos excepcionales que nos lleven a ver personas mucho más allá del siglo. Pero para la mayoría de las personas No entendemos eso. (o al menos con una buena calidad de vida).
La verdadera revolución de la longevidad del siglo XXI será hacer que llegar a los 90 años sea la norma, no la excepción, utilizando lo que ya sabemos: hacer ejercicio, comer menos (y mejor) y mantener fuertes vínculos sociales. Y sobre todo: no esperar a una pastilla mágica, como lo demuestran los hábitos de los japoneses, que han conseguido un efecto que ninguna terapia génica había conseguido antes.
Imágenes | Ravi Patel
En Xataka | No todas las células cerebrales envejecen al mismo tiempo: hemos descubierto un “punto caliente” de envejecimiento.