November 19, 2025
Día Mundial del Retrete: una urgencia invisible

 – La nación
El Mundo

Día Mundial del Retrete: una urgencia invisible – La nación

Por Ana María Ospina

El Día Mundial del Retrete, reconocido oficialmente por la ONU desde 2013, pretende visibilizar que casi la mitad de la humanidad aún no dispone de un lugar digno y seguro donde hacer sus necesidades. La falta de saneamiento conlleva graves problemas: falta de higiene, enfermedades mortales por agua contaminada, contaminación y discriminación.

“Cada año mueren casi un millón de personas a causa de enfermedades causadas por el agua contaminada. Sabemos cómo prevenir la diarrea, lo que evitará la muerte de 395.000 niños menores de cinco años cada año. Sin embargo, debido a la modestia y a los tabúes, la cuestión del saneamiento difícilmente logra emerger como una preocupación mediática o política”, explica la ONG Solidarité, que lucha contra el agua como su principal objetivo.

El Día Internacional del Retrete, celebrado el 19 de noviembre, reafirma esta cuestión como un eje prioritario de desarrollo.

En la vida cotidiana, la falta de baños tiene múltiples consecuencias. Una de cada tres mujeres está expuesta a violencia física, mental y sexual por las largas distancias que deben recorrer para ir a buscar agua, ir a baños públicos o salir de noche a defecar al aire libre.

Las personas mayores y las personas con discapacidad, debido a su movilidad reducida, pueden verse obligadas a tocar materia fecal cuando utilizan baños inadecuados o resbalar sobre superficies mojadas, lo que aumenta su sensación de pérdida de dignidad.

En 2022, solo el 57% de la población mundial gestionaba servicios de saneamiento de forma segura, un aumento del 25% en 22 años. Sin embargo, 3.500 millones de personas (dos de cada cinco en el mundo) todavía carecen de estos servicios.

Medio millón de personas implicadas en Francia

Sobre la situación en Francia, RFI entrevistó a Marianne Coutin, de Solidarités International France. “Se calcula que más de 500.000 personas en Francia no tienen acceso, o tienen un acceso limitado, a los servicios sanitarios y sanitarios. Se trata principalmente de personas sin hogar, que viven en la calle, en viviendas difíciles, en viviendas ocupadas, en campamentos o en refugios improvisados”, explica Coutin.

En París no hay una estimación exacta del número de personas que no tienen acceso a un baño, pero la ONG señala que “la mayoría de los baños públicos suelen estar cerrados o dañados. Por esta razón, las personas sin hogar no pueden utilizarlos”.

“Encontrar un baño genera una carga mental tremenda”

La organización señala también que quienes viven en la calle sufren una “tremenda carga mental al preguntarse dónde y cuándo encontrar un baño. Muchas personas se retienen durante largos períodos de tiempo, provocando infecciones y dolores abdominales. Hablamos con mujeres que explicaron el riesgo de agresión que enfrentan al no tener acceso a un baño cerrado. Algunas usan pañales para reducir el número de defecaciones, el impacto de la enfermedad en el agua también al aire libre y la propagación de esta enfermedad”.

Sobre los riesgos de agresión, Coutin añade: “Cuando las personas no tienen acceso a un baño público cerca del lugar donde viven informalmente, como en los campos de refugiados, para minimizar el riesgo de agresión, normalmente hacen sus necesidades al aire libre, cerca del lugar donde duermen. Esto debilita la salud del lugar y favorece la propagación de infecciones”.

La ONG insiste en la poca visibilidad de este problema: “Las personas sin acceso a servicios sanitarios no existen en el imaginario político o social. En la mente de los franceses, este problema simplemente no existe. Es una realidad que pasa desapercibida en las políticas públicas dirigidas a quienes viven en una gran incertidumbre. Además, es un tema tabú, difícil de expresar e incluso complicado de hablar, porque es incluso complicado con las personas íntimas, ligadas a la dignidad y a la imagen personal”.